Ana Relaño perdió hace dos semanas a su perro. El jueves 13 de septiembre, mientras los vecinos de Cimadevilla celebraban las fiestas del barrio, decenas de gijoneses paseaban a sus perros por el cerro de Santa Catalina.
Entre ellos se encontraban Ana, unos amigos y con ellos, «Chigre», un cachorro de nueve meses y medio que le habían regalado hacía poco más de medio año.
«Cuando comenzaron a sonar los voladores de las fiestas, «Chigre» se asustó, es pequeño pero muy fuerte y se soltó de mi mano, iba atado , pero no pude sostenerlo», explicaba la propietaria del can.
A las cuatro y media de la tarde de ayer varios paseantes escucharon unos ladridos que provenían de una zona del acantilado de difícil acceso. Tras avisar a la policía local y a los bomberos solo quedaba esperar.
A eso de las seis de la tarde comenzaron a oírse ladridos cada vez más cercanos y los bomberos, que llevaban casi dos horas intentando rescatar a «Chigre», pudieron comunicar que el cachorro ya estaba a salvo.
La historia del dificultoso rescate de este perro tiene final feliz, gracias al aplomo y al buen hacer de Miguel Junquera y Jorge Alonso «Chordi», los bomberos gijoneses que ayudaron a «Chigre» a volver con los suyos 13 días después de huir asustado del ruido de la pólvora de las fiestas de Cimadevilla.