Un gato atrapado en los bajos de un turismo provoca que cunda el pánico en plena avenida Padre Isla
Era primera hora de la mañana del día de hoy, sobre las 09:05, cuando cundió el caos y el pánico en plena avenida Padre Isla cuando muchos leoneses se disponían a ir al trabajo o a llevar a los niños al colegio teniendo «algo de prisa» para no llegar tarde.
Todo parecía transcurrir con normalidad para estos vehículos que más adelante vivieron una situación un tanto «surrealista» y es que, al final de una de las avenidas con más tráfico de toda la ciudad, como lo es Padre Isla, se encontraron con un verdadero drama por un gato que se había quedado en los bajos de uno de los vehículos que esperaban pacientemente a que el semáforo proyectara la luz verde.
Todo comenzó en el momento que un gato, asustado por alguna razón que desconozco, se metió debajo de un turismo y unas chicas al temer por la vida del animal al saber que el vehículo estaba a punto de arrancar se pusieron en medio de la carretera para tratar de frenar el tráfico, como si se trataran de agentes de la Policía. Era grande el miedo que tenían de que el gato saliera maltrecho y malherido, congregándose cada vez más gente alrededor de uno de los últimos semáforos de la avenida Padre Isla.
Al ver que el animal callejero no se decidía a salir y que, se habían dado cuenta que estaban entorpeciendo notablemente el tráfico, decidieron pedir colaboración al resto de vehículos diciéndoles que «pitaran» para que el gato se asustara y saliera corriendo antes de ser atropellado por el vehículo en el que se encontraba escondido. A pesar de los «pitos» de los conductores que sí quisieron colaborar y de aquellos que lo hacían porque ya sabemos que de impacientes está el mundo lleno, el animal no se decidía a salir.
Llamada a los servicios de emergencia para rescatar al gato
Pasaban los minutos y el atasco cada vez se hacía más grande, pero el gato que era el protagonista de toda esta rocambolesca historia, no se decidía a salir. Por ello, una de las chicas que provocó todo este entuerto sobre las nueve de la mañana, quiso llamar a los servicios de emergencia para rescatarle porque verdaderamente temía por la vida del animal, estando segura de que si arrancaba el turismo, el animal iba a fallecer.
Los pitidos cada vez eran más intensos, provocando estupor en las personas que por ahí pasaban debido a que nada comprendían. Viendo que la situación no llegaba a buen puerto, los vehículos que llevaban «un buen rato esperando» decidieron emprender la marcha a pesar de las negativas de las chicas que habían detenido el tráfico como si de agentes se trataran. Finalmente el gato salió sano y salvo del atasco no llegando a ser arrollado por el vehículo.