Cinco miembros de una familia con tres integrantes españoles murieron en la ciudad francesa de Pau, en un aparente caso de violencia machista. Las fallecidos son el presunto autor de la masacre, un marroquí de 32 años, su mujer de 36, que lo había denunciado por malos tratos, sus suegros, que estaban de visita procedentes de España, y el hijo del matrimonio, nacido hace dos años en Pau. La madre, Manuela Morales Pérez, y sus progenitores, de 65 años, eran originarios de Pilas (Sevilla).
La tragedia se produjo en el número 10 de la calle Richelieu. Una vecina llamó a las 6:40 horas a los bomberos porque salía humo de un apartamento situado en el primer piso. Cuando los servicios de emergencias irrumpieron en la vivienda comprobaron que un sofá, en combustión sin producir llamas, era el origen de la humareda.
En el interior descubrieron cuatro cadáveres y al niño en parada cardiorrespiratoria intoxicado por las emanaciones de humo. La madre se encontraba atada y amordazada con cinta adhesiva alrededor del cuello y aparentemente había sido ahogada en la bañera. Los cuerpos de los abuelos maternos presentaban lesiones externas producidas por un objeto contundente. Los investigadores creen que asesinó a su esposa y a sus suegros, provocó el incendio voluntario y se quitó la vida.
Manuela Morales trabajaba como profesora de español en el colegio La Hourquie de la localidad cercana de Morlàas y el próximo curso había sido destinada a un establecimiento docente de Poitiers. Un compañero de trabajo reveló que la mujer había presentado una denuncia por violencia de género contra su marido. Los vecinos dijeron que la semana pasada la Policía tuvo que presentarse en el domicilio por una violenta discusión en el seno de la pareja.