Gijón ha estado dos días con sol y bochorno, y la playa asturiana se ha llenado hasta la bandera. El de ayer fue en Gijón el día más caluroso de lo que va de verano: se superaron los 26 grados.
El buen tiempo, los termómetros rozando los treinta grados y las ganas de mar tras varios días de chubascos y tormentas convirtieron los principales arenales de la región en territorios al borde del colapso.
Dos de las playas más emblemáticas de Asturias, como la de San Lorenzo, en Gijón, o la de Salinas, en Castrillón, registraron la mayor densidad playera en lo que va de verano.
Turistas, sobre todo procedentes de León, y vecinos de toda Asturias se lanzaron a las playas de la ciudad, encantados con el segundo día consecutivo de tiempo totalmente veraniego: en torno a 65.000 bañistas llenaron todos los arenales gijoneses, unos 40.000 de ellos en San Lorenzo, según estimaciones de Vigilancia y Salvamento.