La Guardia Civil de la Comandancia de Oviedo procedió, en fechas recientes, a la investigación de un varón S.F.R de 25 años de edad como presunto autor de un delito de maltrato animal y presunto autor de un delito de abandono, hecho ocurrido en la localidad de Mieres (Asturias).
Por parte del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de la Comandancia de Oviedo, se realizan periódicamente inspecciones a clínicas veterinarias con el objeto de corroborar que se actúa de acuerdo al marco legal.
Como resultado de una de estas inspecciones se halló, en una clínica veterinaria de la localidad de Mieres, un perro prácticamente inmóvil, que presentaba una actitud esquiva, ojos vidriosos, mutilación de orejas y diversas heridas por todo el cuerpo de diferente gravedad. El cánido también se hallaba con un cuadro de hipotermia y deshidratación severa, que ya estaba siendo tratada.
El cánido, de raza American Bully, no estaba identificado con microchip, y todo parece indicar que la mutilación de las orejas fue fruto de una intervención no facultativa con algún objeto cortante como pudiera ser un cuchillo o unas tijeras.
Desde la Guardia Civil se quiere recordar la existencia de un Convenio de la Unión Europea sobre la Protección de los animales de compañía, hecho en Estrasburgo el 13 de noviembre de 1987, firmado por España el 09 de octubre de 2015 y entrando en vigor con fecha
En su artículo 10 sobre intervenciones quirúrgicas, prohíbe de manera explícita la intervención quirúrgica cuyo objeto sea modificar la apariencia de un animal de compañía o conseguir fines no curativos, y en particular, el corte de cola, el corte de orejas, la sección de cuerdas vocales y la
extirpación de uñas y dientes, permitiendo únicamente las excepciones si un veterinario considera necesario las intervenciones no curativas por razones médicas o para impedir la reproducción.
Los Agentes del SEPRONA iniciaron una investigación encaminada a esclarecer los hechos, dando como resultado la localización del presunto autor, un varón de 25 años cuya actividad profesional es la de criador de perros. La investigación permitió saber que el presunto autor, una vez que le había producido las heridas al animal y viendo que éste no le valdría para su negocio de criador de perros, se desentendió del mismo regalándose a un conocido, el cual, vista las heridas decidió llevarlo al veterinario.
Por ello, se procedió a su investigación como presunto autor de un delito de maltrato animal, al causarle presuntamente lesiones que menoscaban gravemente la salud del animal, y un delito de abandono al entender que se desentendió del perro, peligrando gravemente su vida o integridad.