Los vecinos de la calle Santo Domingo, uno de las zonas más deprimidas del Casco Viejo de Vitoria, no se han llevado una sorpresa cuando este pasado lunes operarios municipales hallaron el cadáver de un hombre que podría llevar muerto más de 13 meses en su vivienda.
Desde junio del año pasado venían advirtiendo en varias ocasiones al Ayuntamiento de la ciudad de que un fuerte hedor salía del piso de Eduardo, de 55 años, una persona solitaria que se había recluido en su casa y al que habían dejado de ver por la calle.
El 26 de junio de 2017, los vecinos se dirigieron al Ayuntamiento para comunicarle que del piso donde ha sido encontrado el cadáver «sale un olor desagradable que puede suponer un problema de salud pública».«Los olores son insoportables. No sabemos a qué se debe, pero estamos convencidos de que puede ser un foco de infección», decían hace un año los vecinos.
El Servicio municipal de Salud Pública fue realizando inspecciones ante la insistencia del vecindario, aunque no pudieron acceder al interior de la vivienda sin el permiso judicial y al desconocerse quién era su propietario. Nadie respondía desde el interior y tampoco se había denunciado ante la policía la desaparición de la persona que vivía en el piso. Su ocupante no tenía relación con su familia. Los vecinos ya no le solían ver por la calle.
El Ayuntamiento trató de ponerse en contacto con el propietario de la vivienda, pero no recibió respuesta a ninguna de las cartas enviadas, por lo que publicó en el Boletín Oficial de Álava un anuncio dirigido a esta persona. Los agentes hicieron una tercera inspección en diciembre pasado y de nuevo comprobaron que del inmueble se desprendían malos olores. A comienzos de mayo de este año, el Ayuntamiento solicitó al juez autorización para poder entrar al piso.
Funcionarios del Ayuntamiento de Vitoria, ya con la autorización judicial, descubrieron en el interior el cadáver de un hombre en avanzado estado de descomposición, sin signos de violencia en el cuerpo, y «una gran cantidad de objetos inservibles y mucha basura» por toda la vivienda, propio de una persona con síndrome de Diógenes, señalan los vecinos.