La puerta de entrada al tiro de ventilación interior por el que se cayó y perdió la vida Adoración Gandarillas el pasado martes no estaba señalizada ni tenía protección alguna. Es decir, no existe ningún cartel que alerte del peligro que entraña entrar allí y tampoco está dotado de un sistema de seguridad anticaídas que evite precipitarse en caso de perder el equilibrio.
El acceso al hueco de ventilación se encuentra en la parte superior del edificio -de ocho pisos- en una planta dedicada al almacenaje donde únicamente hay cuartos trasteros. La puerta número 27 es exactamente igual al resto, de aspecto metalizado y dotada de cerradura. De hecho, los vecinos consultados por este periódico desconocían que detrás de ella había un agujero vertical de medio metro de diámetro y unos 21 metros de longitud.
Evaristo Rodríguez, subinspector de bomberos y unos de los cuatro agentes del SEIS (Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento) que intervino en el rescate de la mujer comentó tras salir del edificio que «la puerta debería tener una valla porque allí podría caerse cualquiera que abra la puerta y pase». Uno de los hijos de la fallecida, Jesús Ríos. también aseguró días después del accidente que desconocía la existencia de esa puerta.
La Policía Nacional ya ha remitido el atestado al Juzgado tras finalizar el informe sobre lo ocurrido sin encontrar indicios delictivos y concluyendo que fue una muerte accidental. Al parecer Adoración Gandarillas y su marido, Miguel Ríos, tenían la llave de la puerta 27. Allí, encima de un bordillo de pequeñas dimensiones guardaban diverso material como tableros de madera. El martes la mujer fue a buscar una de esas tablas y perdió el equilibrio, precipitándose por el tiro de ventilación y rompiendo a su paso tuberías de agua.