El consejero delegado de Audi, Rupert Stadler, se convirtió este lunes en el primer gran ejecutivo del grupo Volkswagen en ser detenido en Alemania y enviado temporalmente a prisión por su supuesta implicación en el famoso escándalo del dieselgate, el caso de manipulación de motores para camuflar emisiones que estalló en septiembre de 2015 en Estados Unidos y que dejó al desnudo que el gigante alemán había utilizado un software ilegal en millones de vehículos.
Según medios alemanes, la detención en Audi, estaría vinculada a otro software distinto al descubierto inicialmente hace tres años y obligó al consejo de vigilancia de Volkswagen a convocar a una reunión de urgencia por la tarde. Decidió suspender a Stadler de su puesto y poner al frente de la marca, de forma temporal, a Bram Schol, un ejecutivo holandés que ocupaba el cargo de responsable de ventas en el comité ejecutivo de Audi. La empresa señaló que respeta la presunción de inocencia de su principal ejecutivo.
La detención del consejero delegado de Audi se produce una semana después de que la Fiscalía de Múnich anunciara que había iniciado una investigación en contra de Stadler y otro miembro de la junta ejecutiva, a quienes acusó de haber cometido los delitos de fraude y falsificación de documentos. La fiscalía también ordenó registros en los domicilios privados de Stadler y del otro ejecutivo, a quien aún no ha querido identificar, para buscar documentación de la supuesta manipulación que podría haber llevado a cabo Audi en su gama de vehículos diésel. Y está investigando a cerca de 20 personas más vinculadas a la causa.
“La orden de arresto se basa en encubrimiento de pruebas”, añadió la fiscalía, que evitó pronunciarse si el ejecutivo será enviado a la cárcel o podrá recuperar la libertad gracias al pago de una fianza.