Efectivos del Cuerpo Nacional de Policía han detenido en Burgos a un joven de 24 años por una agresión sexual después de que fuera identificado por las muestras biológicas recogidas tras el ataque, analizadas por el Instituto Nacional de Toxicología, dado que tenía antecedentes por hechos similares.
En concreto, se ha arrestado a C.I, vecino de la capital burgalesa, por unos hechos cometidos a finales del mes de diciembre de 2016, cuando una mujer denunció una agresión sexual por parte de un varón desconocido, han informado a Europa Press fuentes policiales.
A finales del mes de diciembre del año 2016, una mujer, vecina de burgos, denunció en la Comisaría de Burgos una agresión sexual por parte de un varón desconocido.
El agresor sorprendió a la víctima cuando se dirigía de madrugada a su domicilio en la zona sur de la ciudad. La agresión se inició, en un primer momento, con el acoso del varón hacia la mujer, a la que siguió por la vía pública durante el trayecto al domicilio, insistiéndola en que le besara.
Ante la lógica negativa de la mujer, el agresor se colocó delante de ella y, tras agarrarle la cara, sacó la lengua y se la pasó por el rostro, tirándola al suelo para arrastrarla a continuación a un descampado cercano, han señalado las mismas fuentes.
Allí, a pesar de la fuerte resistencia de la mujer, el agresor comenzó a desgarrarla la ropa y a manosearla en sus partes íntimas y, pese a que el varón intentó evitar que la víctima gritase tapándole la boca, la mujer pudo pedir auxilio.
AVISO A LA POLICÍA
Ante los gritos, una vecina de un inmueble próximo se asomara a la ventana y comenzase a gritar también al agresor y a amenazarle con llamar a la policía, consiguiendo que éste huyera del lugar. La Policía Nacional fue inmediatamente alertada y momentos después pudo auxiliar a la mujer agredida.
Las primeras gestiones realizadas por la Policía Nacional para identificar al autor (recogida de testimonios de la víctima y la testigo, reconstrucción de itinerarios, recopilación de indicios biológicos, etcétera) pareció que habían llegado a un punto infructuosos.
Sin embargo, a finales de enero, las muestras enviadas al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid, permitieron la identificación del presunto autor de la agresión sexual, que resultó ser C.I, con antecedentes por hechos similares y que ha sido puesto a disposición judicial.
Este caso pone en evidencia que, ante cualquier tipo de ataque, por muy banal que parezca, como pudo ser el acoso inicial al que sometió el agresor a su víctima antes de acometer la posterior agresión sexual, hay que dar aviso a la Policía y, solicitar ayuda de cualquiera de los ciudadanos con los que podamos encontrarnos, llamando su atención de la forma más llamativa posible, ha señalado el Cuerpo. Además, si finalmente se consumase la agresión, es «imprescindible» avisar inmediatamente a los servicios policiales (091) y sanitarios para activar los protocolos de atención y recogida de pruebas que permitan, en su momento, identificar al culpable y ponerlo a disposición judicial, y evitando, además nuevas víctimas.
En ocasiones, «que son humanamente entendibles ante el tipo y la gravedad de la agresión», ha apuntado la Policía, la víctima demora la comunicación de los hechos a las fuerzas de seguridad, dificultando con ello la obtención de pruebas que puedan ayudar a dar con su agresor y evitando así, su impunidad.