Este sábado cerca del paseo marítimo de Valencia tuvieron lugar dos alertas similares por el aparente intento de secuestros de menores en el entorno de sendos casales falleros, según informaba el periódico del Levante, El mercantil Valenciano.
En uno de los casos, el sospechoso, al parecer con algún tipo de dolencia mental, fue detenido; en el segundo, en el que el supuesto pedófilo iba disfrazado de payaso, huyó antes de que llegara la policía y la familia de la menor prefirió no denunciar porque todo se había quedado en un susto.
Primer caso
El primer aviso se dio sobre las 22.45 horas del sábado en las inmediaciones del casal de una falla del Cabanyal, cuando un hombre conocido en el barrio se llevó consigo a un menor de 11 años que estaba en silla de ruedas al tener reducida su movilidad por una lesión pasajera.
El niño alarmado por que un desconocido arrastraba su silla, empezó a gritar, lo que alertó a un grupo de falleros que salió en persecución del presunto secuestrador, que no llegó a recorrer ni siquiera 20 metros. Tras alcanzarle, le arrebataron al niño y lo retuvieron hasta que llegó un coche patrulla de la Policía Nacional, que lo arrestó por un presunto delito de detención ilegal, si bien se desconocen las intenciones del captor.
Se trata de un «sintecho» de 49 años y nacionalidad eslovaca, con al parecer ciertos trastornos mentales, que, según varios testigos, vive de la limosna que obtiene a la puerta de un supermercado del barrio. Fuentes policiales dijeron que no tiene antecedentes conocidos por pederastia.
Segundo susto
Apenas media hora después se producía la segunda alerta a dos kilómetros de distancia.
Un grupo de falleros de la Falla Duque de Gaeta-Pobla de Farnals ahuyentaba a un hombre que, disfrazado de payaso y subido en una bicicleta, llevaba dos noches rondando a varios menores a la puerta del casal.
De hecho, la primera noche, la del viernes, un miembro de la falla le hizo una foto al sospechoso después de recelar de su actitud, ya que «ofrecía golosinas a los pequeños» al tiempo que captaba su atención «con juegos malabares», explicó a al periódico del Levante la vicepresidenta de la citada falla, Carmen Aznar.
El fallero distribuyó la foto a todos sus compañeros, entre ellos al vigilante del casal, miembro además de la Falla. El sábado por la noche, el vigilante lo reconoció enseguida al verlo aparecer de nuevo vestido de payaso y fue testigo de cómo le insistía varias veces a una niña de 8 años, a la que llamó por su nombre, diciéndole «vente conmigo».
El vigilante le conminó a que dejara en paz a la pequeña y lo echó del lugar. Aunque inicialmente recorrió unos metros en su bici, volvió de nuevo sobre sus pasos. En ese punto varios falleros salieron a la calle Manuel Candela y dieron el alto a un coche de la Policía Nacional. Al darse cuenta, el payaso huyó en su bicicleta, sin que la policía lograra localizarlo. Finalmente, los padres de la menor no quisieron denunciar «porque no llegó a pasar nada».