La Guardia Civil incautó 113 plantas de marihuna en una vivienda a las afueras de Gijón.
La investigación se inició cuando su casera dejó de recibir la renta por el alquiler en octubre de 2016, en un primer momento, pensó que al inquilino le había ocurrido algo. Cuando la Guardia Civil acudió al domicilio, las ventanas del inmueble estaban abiertas, por ello vieron y percibieron el olor de las plantas, todo ello, tras llamar a la puerta y no recibir respuesta. Después de los hechos, procedieron a solicitar una orden judicial, que concedió el Juzgado de Instrucción número 2.
En el registro de la vivienda, efectuado por la benemérita, incautaron 113 plantas de marihuana, dos básculas de precisión, dos trituradoras, bandejas de semilleros, pipetas, lámparas de calor, extractores de aire, además de otros muchos materiales.
El acusado es un joven de 25 años, el cual ayer durante el juicio en el Juzgado de lo Penal 1 reconoció que «era para consumo propio», hasta el punto de declarar que un kilo de marihuana le duraba un mes, consumía unos dos gramos diarios de esta sustancia estupefaciente. Uno de los agentes de la Guardia Civil que realizó el registro en el domicilio, afirmó durante el juicio que la plantación estaba en expansión, ya que la instalación estaba muy bien hecha y los materiales estaban valorados en unos 6000 euros.
El joven se enfrenta a dos años de cárcel por delito contra la salud pública y 7000 euros de multa. La que fuera casera del procesado, es la acusación particular y solicita daños por los destrozos del inmueble.