Las minas resplandecen y lo hacen en estas fechas. Si hay una época del año en la que Las Médulas florecen en belleza es el otoño. Los rojos y naranjas de este singular paisaje, herencia del pasado romano, brillan aún más en otoño. Los ocres y cobrizos de esta hermosa estación embellecen uno de los paisajes más espectaculares de la provincia de León. Por eso, el otoño siempre es un momento ideal para descubrir Las Médulas, las minas que dejaron los romanos.
Este paisaje de característica tierra rojo es uno de los emblemas del Bierzo. Una maravilla que es, sin duda, uno de los tesoros de León.
Las Médulas son la herencia del pasado romano de la provincia. En su día fue una mina de oro, la mayor explotación aurífera a cielo abierto de todo el imperio romano. Es decir, los romanos «sacaban» sus dineros de este enclave leonés. Esta forma de extraer oro no era sencilla y resultaba tremendamente peligrosa, además dañaban el entorno y la naturaleza. Como consecuencia de ese «atentado» contra el medio ambiente el legado es un paisaje único que se ha convertido en Patrimonio de la Humanidad.
En aquellos tiempos, los romanos excavaban túneles para intentar modificar los torrentes de agua y así ir limpiando la montaña para conseguir extraer el oro. Es decir, intentaban destrozar la montaña para arrancar las pepitas de oro de su interior. Al caer la montaña se dirigía hacia una especie de canales de lavado, tal es el caso de la Llagúa de Yeres. Allí eliminaban el lodo y las piedras para conseguir el oro. Estas explotaciones mineras dejaron de usarse en el siglo III dejando un paisaje desolador que con los años ha ido recuperándose con la vegetación. En 1997 las Médulas fueron designadas como Patrimonio de la Humanidad.
Las minas romanas que son Patrimonio de la Humanidad
En este paraje hay varias sendas que recorren Las Médulas donde destacan espectaculares miradores. Además, aquí hay diversas cuevas que sorprenden al visitante.
La mejor opción es comenzar por el Aula arqueológica para conseguir toda la información y diversas opciones de visita. Se puede elegir entre 5 recorridos diferentes.
La más larga es una ruta perimetral que se puede realizar en coche pero también en bicicleta o pie. Hay un camino de tierra que recorre la zona exterior de Las Médulas. Una gran opción es combinar esta opción con las sendas de Reirigo o la de las Valiñas (estas últimos solo pueden hacerse a pie). Así se conseguirán las mejores panorámicas.
Varias sendas para descubrir este singular paraje
La senda de las Valiñas es la ruta más transitadas de todo el paraje. Su nivel de dificultad es mínimo. Empieza en el Centro de Visitantes y atraviesa un impresionante castañar. Recorriendo esta senda se puede admirar las cuevas de la Encantada y la Cuevona. Una ventaja de esta ruta es que puede realizarse incluso con carros de bebes.
La senda de Reirigo es más complicada. Solo puede hacerse a pie y es la más difícil. Presenta desniveles importantes aunque muy cortos. Aquí se pueden descubrir cuevas ocultas y menos concurridas.
Estas son solo algunas de las opciones en Las Médulas donde también es obligada la visita al Mirador de Orellán donde también puede accederse a la galería de Orellán (consultar horarios de visita y precios).
Gastronomía
Para completar una excursión por Las Médulas indispensable disfrutar de la gastronomía de la zona. Precisamente, en estas fechas se desarrolla las 38ª Jornadas Gastronómicas El Bierzo en el que participan restaurantes de la zona. El codillo, los pimientos de El Bierzo, la manzana, jabalín o tartar son solo algunas de las propuestas culinarias que encontraremos.