El pueblo leonés que se ha quedado vacío tras haber tenido 200 habitantes resiste como museo etnográfico
En el corazón montañoso de León, a 6 kilómetros de Cistierna y en la ladera sur de Peñacorada, se encuentra Quintana de la Peña, un pueblo que en su día llegó a albergar más de 200 vecinos, pero que hoy yace deshabitado. Este enclave, que no dispone de carretera asfaltada, es ahora un destino ideal para excursiones a pie o en bicicleta, ofreciendo una ventana única al pasado rural de la región.
Quintana de la Peña, con una rica documentación medieval que atestigua su antigüedad, no logró adaptarse al siglo XXI como lugar habitado. Sus calles desiertas son ahora un museo involuntario de la arquitectura tradicional, donde las técnicas constructivas de barro, cal, piedra y madera resisten el paso del tiempo tras 40 años de abandono.
Para los amantes de la etnografía, este pueblo congelado en el tiempo ofrece una retrospectiva fascinante sobre la vida del campesinado montañés, con ejemplos de cómo estas comunidades enfrentaban el clima y las adversidades.
El acceso a Quintana, a través del antiguo camino romano desde Valmartino, añade un componente histórico, con un trazado que, según el Padre Martino, destaca por su carácter militar. El pueblo es un testimonio vivo de la lucha por la subsistencia y la conexión con la naturaleza.