Domicio es la única persona que vive solo en este pueblo de León
En un rincón de la provincia de León, en el municipio de Cistierna, se encuentra Quintana de la Peña, un pueblo en ruinas donde solo vive un hombre y otra persona que solo acuden durante el verano. Este pequeño y remoto lugar es un triste ejemplo de la despoblación que afecta a muchas zonas rurales de España, donde la falta de acceso y el aislamiento han llevado al éxodo de sus habitantes.
Ubicado en un paraje montañoso y de gran belleza natural, Quintana de la Peña solía albergar a más de 200 vecinos en tiempos pasados. Sin embargo, en la actualidad solo queda una persona, sin contar los perros y las vacas que aún cuida Domicio, el último habitante del lugar. El acceso al pueblo es complicado, ya que solo se puede llegar a través de caminos de tierra, lo que ha contribuido a su aislamiento y deterioro.
Las casas de los últimos habitantes son las únicas que permanecen en pie en este pueblo de León, ya que el resto del pueblo está en ruinas, incluyendo la antigua escuela, la iglesia y el bar. Las calles, alguna vez animadas por la vida de sus residentes, ahora están sumidas en un silencio interrumpido solo por los ladridos de los perros de este vecino.
La antigua escuela, junto con otros edificios del pueblo leonés, muestra el estado de abandono en el que se encuentra. Es llamativo observar cómo el patrimonio y la historia de Quintana de la Peña se desvanecen con el paso del tiempo.
Este pueblo, del que sus últimos habitantes se marcharon en 1981, ha sido testigo de un lento declive demográfico y ahora solo alberga a estos dos forasteros que viven allí junto con sus animales. La situación de Quintana de la Peña refleja la difícil realidad que enfrentan muchas localidades rurales en España y destaca la necesidad de abordar el problema de la despoblación en estas áreas.