Tejedo del Sil adecúa sus espacios para vivir con los osos, en concreto con la osa Lechuguina
Hay un pueblo de León que cuenta con unos vecinos peculiares. Se trata de Tejedo del Sil, una localidad que convive con la osa Lechuguina. La osa Lechuguina, muy activa por los contornos de los pueblos del Sil, ha sido motivo de polémica por sus incursiones en las inmediaciones de los pueblos. La alarma social creada por su presencia, también ha llamado la atención de instituciones interesadas por la conservación de los osos.
Este jueves, Fapas pone en marcha hoy las primeras iniciativas que tienen como objetivo que los osos puedan convivir en estos ecosistemas de montaña con los habitantes de los pueblos. Para ello, se van a desarrollar las primeras iniciativas para evitar que los osos se suban a los árboles frutales en los entornos del pueblo de Tejedo del Sil. La experiencia de FAPAS desarrollada ya en Asturias, será aplicada en León, mediante la instalación de sistemas que impiden a los osos trepar a los árboles a comer fruta. Una vez que los osos se ven impedidos y no obtienen alimento, dejan de frecuentar las zonas inmediatas a los pueblos.
Tras más de 12 años de experiencias, FAPAS ha desarrollado un sistema de protección de colmenares que impide que el oso destruya las colmenas de los apicultores. En este línea se va a construir un colmenar en Tejedo del sil para permitir que un apicultor que desistió de la actividad apícola a causa de los osos, vuelva nuevamente a producir miel.
FAPAS pondrá también en marcha un novedoso proyecto de plantaciones de árboles frutales con el objetivo de que los osos obtengan frutas en zonas alejadas de los pueblos. Es el proyecto “Árboles Gourmet para el Oso”, que consiste en la plantación de árboles frutales seleccionados de variedades antiguas de las montañas de León y que son plantados con sistemas de alta protección que permiten su supervivencia hasta del mismo oso y son compatibles con la presencia de ganado doméstico.
El proyecto tiene la singularidad de que se lleva a cabo en fincas particulares donde hay suelos de alta calidad. Para ello FAPAS llega a acuerdos con los propietarios de las fincas y estos reciben una compensación de 10 euros por cada árbol frutal plantado, que además queda en su propiedad.