Peña del Castro, testigo milenario de la historia de León
En el corazón de la provincia de León, se alza un vestigio del pasado que ha resistido el paso del tiempo y las embestidas de civilizaciones antiguas. La Peña del Castro, un bastión indígena que se mantuvo firme hasta el final contra las tropas romanas, es uno de los asentamientos más antiguos y emblemáticos de la región. Su historia, que se remonta al Neolítico, alcanzó su esplendor durante la Edad del Hierro. Bien podría haber sido el pueblo del popular Astérix ya que siempre se mantuvo firme contra el avance romano.
La Peña del Castro es un ejemplo destacado entre los numerosos castros leoneses que pueblan esta tierra rica en historia. Estos castros son fortificaciones prerromanas construidas estratégicamente sobre elevaciones naturales, rodeadas por murallas que ofrecían protección a sus habitantes. A lo largo de los siglos, han sido testigos silenciosos de la evolución cultural y social en esta parte del noroeste ibérico.
Entre los castros más notables censados oficialmente en León, destacan aquellos declarados Bienes de Interés Cultural como el Castro Ventosa en Cacabelos, San Martín de Torres en Cebrones del Río y el Castro del Chano en Peranzanes. Sin embargo, la Peña del Castro sobresale no solo por su antigüedad sino también por su resistencia histórica frente a las fuerzas invasoras romanas.
La vida en estos asentamientos era sencilla pero bien organizada. Los astures, descritos por Estrabón en el siglo I a.C., llevaban una existencia basada en actividades agrícolas y ganaderas. Practicaban rituales religiosos que incluían sacrificios como parte integral de su cultura espiritual.
El conocimiento sobre estos pueblos es limitado si se compara con otros grupos hispánicos; sin embargo, cada descubrimiento arqueológico añade una pieza más al complejo mosaico histórico leonés. Las excavaciones han revelado estructuras adaptadas al terreno accidentado y objetos cotidianos que ofrecen un vistazo invaluable a las costumbres ancestrales.
Hoy día, visitar la Peña del Castro no solo permite admirar un paisaje impresionante sino también conectar con nuestras raíces más profundas. Este lugar sigue siendo fuente inagotable para historiadores y arqueólogos interesados en desentrañar los misterios ocultos bajo sus piedras milenarias.