Los vecinos del pueblo de Villarino del Sil en León exigen medidas urgentes ante la continua entrada de osos y reclaman aplicar del protocolo para ahuyentarlos de los núcleos urbanos
Los vecinos de Villarino del Sil, una localidad en el municipio de Palacios del Sil, en León, han levantado su voz para exigir a la Junta de Castilla y León que se tomen medidas ante la constante entrada de osos en el área urbana. Durante varios años, los osos han estado ingresando al pueblo, robando comida y causando temor entre los residentes. La situación se ha vuelto «insostenible», según denuncias de la junta vecinal, que afirma que han perdido visitantes debido al miedo que generan los osos, quienes incluso se han enfrentado a los habitantes.
Uno de los osos en cuestión, apodado «Lechugina» por su afición a robar lechugas, ha estado ingresando al pueblo de forma continua durante cinco años. «Ya se ha acostumbrado a los humanos, invade el pueblo, la gente está asustada y no quiere venir de vacaciones», asegura el portavoz de la junta vecinal, Alipio García. «Estamos muy descontentos porque los protocolos no se aplican, nos han abandonado», agrega, según informa Ical.
El protocolo establece la realización de radiomarcajes para controlar la presencia de los osos y ahuyentarlos mediante sonidos o incluso pelotas. La junta vecinal de Villarino del Sil reclama que se aplique de inmediato. «No estamos en contra de los osos, de hecho, nuestros antepasados siempre los cuidaron. Pero no podemos continuar en esta situación».
El problema, según Alipio García, es que los osos no encuentran suficiente comida en el monte, por lo que sería necesario plantar árboles que les proporcionen alimento. Además, esta osa en particular conoce muy bien la zona, está habituada a la presencia humana y tiene varios oseznos que también se mueven por los alrededores y saben dónde encontrar comida.
Por otro lado, consideran «irrisoria» la compensación económica que reciben por los daños que los osos causan. «Por 40 cebollas y 36 lechugas que se comieron, la Junta de Castilla y León me ha pagado 13 euros. Deben actualizar los precios», reclama García. «La solución pasa por trasladarla a otro lugar», afirma. «Estamos extremadamente orgullosos de nuestros osos, pero las cosas no se están haciendo bien», concluye.
La comunidad de Villarino del Sil espera que sus demandas sean escuchadas y que se tomen medidas para garantizar la seguridad de los habitantes y la convivencia armoniosa con la fauna local. La colaboración entre los residentes, las autoridades locales y la Junta de Castilla y León es fundamental para encontrar una solución adecuada que permita la protección de los osos y la tranquilidad de la población.