En el Instituto Fernando I de Valencia de Don Juan no pasa nada.
Este es el mensaje que desde la Dirección Provincial de Educación de León se ha trasmitido desde el lunes 16 de septiembre a algunos miembros de la Junta de Personal Docente de León: mientras el Director Provincial de Educación llamaba a los representantes sindicales de los trabajadores y trabajadoras a una reunión en León, en Valencia de Don Juan los profesores y profesoras del IES Fernando I veían cómo la Inspección Educativa estaba presente en su claustro de reparto de horarios “invitada” por el Equipo Directivo. La consigna de la administración educativa es “aquí no pasa nada, no hay ningún problema” y precisamente como no pasa nada ocurren cosas tan “normales” como que el mismísimo inspector jefe vaya a un claustro.
Desde la Junta de Personal Docente de León (en adelante, JPD) consideramos que en el IES Fernando I de Valencia de Don Juan pasa lo siguiente:
En primer lugar, que en este centro hubo una dimisión de su director en junio, ante la indignidad que suponía el cupo de profesores que se pretendía asignar al claustro para el curso siguiente (varios profesores menos).
En segundo lugar, que el primer equipo directivo nombrado por la administración no se dignó a informar al claustro de profesores ni del número de alumnos matriculados, ni de las necesidades de profesorado para la organización del centro y, en consecuencia, tampoco ha podido informarles de la distribución de grupos, asignación de tutorías ni de otras tareas docentes.
La información que aportó el anterior equipo directivo y el servicio de Inspección Educativa es que solo había problemas puntuales que se iban solucionando poco a poco. Pero resulta que no solo no se solucionaban sino que se trataban de ocultar y posponer con el único objetivo de que los alumnos empezaran las clases aun cuando los horarios fuesen absurdos (con profesores coincidiendo en una misma clase a la misma hora o asignación de dos grupos de alumnos a un mismo profesor a la vez, con horarios provisionales que no alcanzan las horas legales de jornada, que no contemplan tutorías ni la asignación de algunas asignaturas optativas en donde había alumnado matriculado).
La directora del nuevo equipo directivo (jefa de estudios de la directora dimisionaria), aun cuando se ha mostrado abierta a comunicar sus planes a los miembros de la JPD, minutos antes no ha sido tan solícita para comunicárselo a sus compañeros del centro, razón por la cual, esta Junta de Personal, haciéndose eco de una propuesta de los compañeros del centro, instó a la directora a que luchara por los cupos que le faltan al centro (y que ella alega que no le falta ninguno o quizás unas horas de las especialidades de los profesores que entran a formar parte del nuevo equipo directivo) y también que convoque un claustro para que los compañeros y compañeras del centro puedan reunirse para organizar el reparto horario y no se entreguen los horarios ya “cocinados”, para cumplir así con la normativa reglamentaria y se evite un acto más de autoritarismo.
Como reflexión sobre este aspecto, la JPD, dentro del respeto a las compañeras y compañeros que deciden presentar un proyecto de dirección en un centro educativo, considera que también supone un problema el que haya un equipo directivo nombrado ad hoc que, lejos de representar a su claustro y organizar con un mínimo de profesionalidad el centro (denunciando los recortes que le dejarán mermado), calla y parece que más bien representa los intereses de la administración que, como se observa por sus últimas actuaciones en la zona rural leonesa, está más que dispuesta a ahorrar en Educación Pública y a aumentar las subvenciones a las patronales privadas, como de hecho ocurrió durante este verano. Quizá en este caso concreto de Valencia de Don Juan sea muy difícil hacer unos horarios ajustados a ley sin descerrajar un tiro de gracia a la ya moribunda escuela rural, pero para que aquí tampoco haya problemas la administración nombra este tipo de equipos directivos que quitan optativas, que dejan perder las horas del plan de lectura o de la biblioteca para que cuadren horarios y, si hace falta, hasta hacen horarios sin reuniones de coordinación… total qué más da, la consigna y el mandato es entregar los horarios como sea, porque aquí no hay ni puede haber problemas.
Por último, a todos estos problemas se une el más grave de todos: ¿Qué tiene que ocurrir en un centro para que la administración educativa reconozca que hay un problema? El problema más grave de todos es que la propia administración educativa niega la evidencia. Las familias y el alumnado se han manifestado en la puerta desde el primer día de clase, no han entrado al centro. Seguramente la administración no reconozca nunca la responsabilidad que tiene ante la rebaja de recursos humanos del centro y el consiguiente detrimento de la calidad de la educación, ni el ninguneo y la presión a la que se ha sometido a los profesores y profesoras de este centro rural. Tampoco es de recibo que se invite a los delegados de esta Junta de Personal a aportar soluciones, que estos se muestren solícitos para hablar y llegar a acuerdos y que después se les impida estar presentes en la reunión de claustro para defender la postura del profesorado, cuando varios profesores habían solicitado su presencia.
Esta Junta de Personal Docente de León muestra todo su apoyo al claustro de profesores del centro, apoyo que se está manifestando a través de varias medidas concretas:
- La solicitud de reunión urgente con el Director Provincial (13 de septiembre) para que diera explicaciones detalladas de qué estaba ocurriendo en el centro, donde se nos traslada el número global de puestos de trabajo (cupo) con que cuenta el centro (menos que el curso pasado).
- La confección de un escrito dirigido tanto al Director Provincial de Educación como al Delegado Territorial de la Junta de Castilla y León en León, donde se solicita certificación por parte de la administración educativa tanto del cupo de profesorado por departamentos como de la matrícula de alumnos por curso.
- La visita al centro y el acompañamiento al conjunto del profesorado del mismo, con el ánimo de ayudar a solventar la situación actual en el centro, respetando tanto el derecho a la educación que desea el alumnado como los derechos laborales del profesorado de la enseñanza pública de Valencia de Don Juan.
Desde la JPD estamos seguros de que si este centro funciona este año y esos alumnos y alumnas reciben clases con unos mínimos de calidad, será única y exclusivamente por esos profesores y profesoras a los que la administración trata como si fueran ladrillos a los que quitar de aquí y poner allí.