Desde que la antigua Feve perdió su declaración como de interés general, se cuestiona seriamente el futuro de este servicio público con políticas que parecen la crónica de una muerte anunciada de un servicio esencial que vertebra parte de la provincia de León. La propia empresa reconoce la supresión de servicios y su sustitución por autobuses por falta de personal.
Las constantes supresiones de servicios por averías, falta de material, de personal, sin aire acondicionado, fallos en las máquinas auto-venta de billetes, la baja velocidad, obedecen a unas políticas diseñadas con un objetivo claro: su desmantelamiento progresivo.
La estrategia sistemática para desmantelar cualquier servicio público y potenciar el negocio privado, que con tanto ímpetu defiende el Partido Popular y ahora Ciudadanos (lo podemos constatar en educación, sanidad o servicios públicos), ha sido siempre dejar desasistido el servicio público, recortando el personal que lo presta y no manteniendo sus servicios, para que haya menor demanda del mismo ante la irregularidad y mal servicio provocado, para de esta forma justificar su eliminación progresiva. Esta es la realidad actual del desmantelamiento progresivo y continuado de este servicio público de transporte.
Izquierda Unida de León ha llevado a las Cortes la denuncia pública y la exigencia de soluciones inmediatas ante las promesas incumplidas reiteradamente de solucionar la insufrible situación actual de la línea León-Cistierna-Guardo de FEVE sin personal y con suspensión de viajes de forma reiterada, que se ha convertido en una constante que soporta la ciudadanía obligada a buscarse otras formas de traslado alternativas que provocan la lógica bajada en el uso de este servicio.
Y también lo ha llevado a nivel nacional, a través de los diputados y las diputadas de Izquierda Unida en las Cortes, para exigir al Gobierno que se dé solución inmediata a la situación denunciada por los sindicatos ante el recorte de personal por Renfe, lo que ha supuesto la supresión de trayectos y que los retrasos sean el común denominador de este servicio, que ya no cuenta tampoco en ocasiones ni siquiera de revisores.
Al retraso y el caos generado por las obras de integración que Adif aún sigue sin finalizar, se une un servicio imprevisible que genera frustración, enfado y cansancio entre la población que usa de forma habitual y frecuente este medio de transporte.
Izquierda Unida reivindica no solo que no desaparezca, sino que se refuerce, como hemos venido reivindicando y así lo ha apoyado la población y sus representantes en los municipios afectados, con nuevos apeaderos en algunos núcleos de población importantes por los que pasa FEVE. La comunicación y, por lo tanto, la vida de las personas de buena parte de la provincia depende de ello.