El Ministerio de Cultura y Deporte, a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), pone en marcha una nueva edición de ‘Abierto por restauración’, el programa de visitas a Bienes culturales en proceso de restauración que desde 2011 ha abierto las puertas de más de una veintena de bienes culturales a más de 11.000 personas.
En la edición de este año se visitarán las obras de la iglesia de San Miguel de Lillo (Oviedo) y el monasterio de San Pedro de Arlanza (Burgos). Ambos monumentos, han sido seleccionados por su especial valor patrimonial, así como por la singularidad del proceso de conservación que se está desarrollando en ellos.
Las visitas a la iglesia de San Miguel de Lillo, de carácter gratuito, comenzarán el próximo 2 de julio y se celebrarán todos los lunes de los meses de julio, agosto, septiembre y octubre. Tendrán una hora de duración, serán conducidas por guías especializados en Patrimonio Cultural y estarán formadas por grupos reducidos con el fin de garantizar el mayor disfrute de esta experiencia y la conservación de los bienes. Para participar es necesaria la inscripción previa a través de la página web: www.abiertoporrestauracion2018.es
El programa es una oportunidad excepcional para conocer de primera mano la labor de investigación, conservación y restauración realizada por el Ministerio de Cultura y Deporte en estos bienes culturales, en colaboración con sus titulares y gestores. Permite acercar a los ciudadanos los criterios y metodologías de trabajo empleados, haciéndoles partícipes del gran esfuerzo realizado por las Administraciones Públicas.
San Miguel de Lillo
Situado en el monte Naranco, la iglesia prerrománica de San Miguel de Lillo fue mandada edificar hacia el 842 por el rey Ramiro I. El edificio actual corresponde a un tercio aproximadamente de la edificación primitiva, ya que la cabecera y parte de las naves se derrumbaron, posiblemente en el siglo XI, por un desplazamiento de tierras causado por un arroyo cercano. Hoy en día, están en pie el primitivo pórtico y uno de los tramos de la nave original.
En 2009 se advirtió la amenaza de derrumbe de la estructura y de un deterioro generalizado, especialmente de las pinturas murales, debido a la gran humedad que soportaban. Estos daños han sido comunes a lo largo de la existencia del conjunto, que ha sufrido numerosas intervenciones para consolidar su estructura. Actualmente, la iglesia sigue presentando problemas de humedad, complicaciones en su estabilidad estructural y evidentes síntomas de falta de adherencia de las pinturas murales.
A partir de un estudio realizado en 2014, el Instituto de Patrimonio Cultural de España acaba de iniciar en 2018 un proyecto que se centrará en los trabajos de restauración de las pinturas murales y paramentos, con una inversión prevista de 664.000 euros.
En el marco de esta labor se realizarán trabajos iniciales de documentación gráfica, caracterización de materiales, investigación de biodeterioro y estudio microclimático, para proceder posteriormente a la eliminación de revestimientos no originales, revisión estructural de paramentos y bóvedas, y revisión de la estanqueidad de los muros exteriores y de la efectividad del tratamiento hidrofugante aplicado en 2011.
Durante estos trabajos de restauración, que se desarrollarán durante año y medio, la iglesia de San Miguel de Lillo continuará abierta al público permitiendo la visita a este monumento declarado en 1985 por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, siendo a su vez una oportunidad única para conocer tanto las obras en curso como los proyectos de restauración realizados con anterioridad.