Las mamás con carrito tienen preferencia en los ascensores, en los transportes pero en algunos establecimientos tienen que sacarse «un máster» en maniobras y malabares si quieren tomar una consumición en terraza. La poca empatía de algunos establecimientos hosteleros deja mucho que desear. Hace unos días, observé una situación en un popular establecimiento de Trobajo del Camino que, sin duda, me pareció de una falta de tacto y empatía total.
La cafetería en cuestión se encuentra localizada junto al lado de un concurrido parque infantil. Era una calurosa tarde de primavera y una camarera limpiaba una de las mesas. En ese momento llegó una madre, cargada con bolsas, y empujando un carrito de un bebé. La joven se acercó a la camarera y le pidió una consumición a lo que la camarera le respondió que tenía que entrar ella misma a por la consumición.
Ante la respuesta de la camarera, la madre le señaló el carrito y le pidió, por vafor, que pagaba lo que fuera pero que no podía entrar. Hay que recordar que portaba varias bolsas y empujaba un carro. Con una sonrisa la camarera le insistió que no podía, «mis jefes no me dejan» añadió. Ante la negativa, la madre se fue.
Al cabo de un rato, la mujer (ya sin cochecito y sin bolsas) regresó al establecimiento y solicitó a la camarera hablar con «uno de los jefes». La camarera le guió al interior donde en una especie de hall «cubierto» en una barra medio exterior un hombre le atendió. La mujer le expuso el problema que había tenido y le indicó que en la terraza no había ningún cartel que indicara que no se servía en terraza. La respuesta del propietario fue tajante «aquí hay mucha gente que entra a pedir con carritos, si no puedes es que quizá no te manejas bien». Entrar en el local requiere «esquivar» y «regatear» varias mesas y sillas, girar para acceder por la entrada al hall cubierto y volver del mismo modo.
En cuanto a lo del cartel, le dijo que «lo tengo aquí dentro, para que mis clientes lo vean».
La verdad es que la actitud del propietario me pareció lamentable, una opinión que compartieron mis compañeros de mesa que observamos la «película» desde nuestra privilegiada mesa. También quiero señalar que, en alguna ocasión, he visto como los camareros «han llevado algo» alguna mesa por lo que no comprendí porque en aquella ocasión no quisieron atender a esa madre.
Falta de empatía total para un negocio localizado en un punto «estratégico» de carritos. Así que… mi recomendación si van a ese lugar solas con un carrito que saquen el carnet «de maniobras especiales».
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