Hace unos meses se conocía en León una noticia relacionada con Lupa, de esas que llevan aparejadas una parte muy buena y otra parte, quizá no tan visible a primera vista, pero que no es tan buena como podría parecer.
Es sabido que en los últimos años León está creciendo, no porque se establezcan más personas en el centro de la ciudad, sino porque se construye y se amplía la periferia construyendo nuevas zonas en barrios y pueblos colindantes. A veces se trata de iniciativa por parte de constructores, como puede ser el caso de zonas como La Palomera o La Lastra que han crecido en los últimos tiempos con la construcción de grandes edificios residenciales que ocupan y ocuparán muchas familias.
Otras veces, la iniciativa es particular, es decir, personas que les gusta una zona, adquieren un terreno y se construyen su casa a su gusto. Este es el caso de zonas en expansión como los chalets ubicados en la zona final de Eras de Renueva y, un poco más adelante, la zona del principio de Carbajal de la Legua. Ambas, muy valoradas por los leoneses en los últimos años, lo que ha dado lugar al crecimiento de las mismas. No solo ha crecido el número de casas y familias con residencia aquí, sino que, este asentamiento ha traído consigo la apertura de nuevos negocios y servicios como gasolineras que antes no existían o tiendas.
En este caso, llama la atención la apertura de un nuevo establecimiento, el supermercado Lupa en la rotonda de Azadinos. Una empresa que inició su construcción hace unos meses y que tiene prevista su apertura entorno al 30 de Junio, con el objetivo de abastecer y dar servicio a las personas que viven en los pueblos de alrededor y a los conductores que utilizan la transitada carretera caboalles con dirección a pueblos más alejados.
Lupa, parte buena y mala
Esto es una muy buena noticia para los habitantes de estos pueblos, ya que, cuenta con el servicio de todas las secciones de alimentación disponibles y 100 plazas de aparcamiento. Y, además, ha generado ofertas de puestos de trabajo que principalmente se cubren con gente de la zona. No obstante, esta apertura tiene una cara B, bastante más oscura.
En los pueblos colindantes, ya existen, en muchos casos desde «siempre», algunas familias que viven y trabajan allí de pequeños negocios de tienda y alimentación, que, precisamente, cubrían la necesidad de sus vecinos de no tener que bajar a León para hacer la compra. Necesidad que ahora viene a cubrir el nuevo supermercado Lupa y que puede hacer desaparecer a todas estas pequeñas tiendas. De forma que, si bajan los precios o cuentan con mayor surtido o mejor horario de apertura y los vecinos se acostumbran a parar allí, conllevará el cierre fulminante de estas tiendas, llevándose consigo a las familias propietarias y un sitio importante de estos pueblos.