Millones para crear empleo e impulsar la economía
La empresa Genia Bioenergy invertirá más de 26 millones de euros en una planta de biometano de Valencia de Don Juan. La construcción de la planta se prevé para el 2025 y estará operativa en el 2026. Se crearán alrededor de 35 puestos de trabajo entre puestos directos e indirectos, el doble mientras dure la construcción de la planta.
La planta tendrá una vida útil de 30 años. Así lo ha explicado esta mañana el CEO de Genia Bioenergy, junto al alcalde de Valencia de Don Juan, Ricardo Barrientos, ha anunciado la construcción de una planta que transformará los residuos ganaderos y de la agroindustria local en energía (biometanao), fertilizantes orgánicos y compost en el municipio con una inversión cercana a los 26 millones de euros.
En la instalación se procesarán los residuos para convertirlos en productos. Mediante un proceso natural de digestión anaerobia, de los residuos se obtiene un biogás rico en metano que, mediante un proceso de upgrading en la misma planta, pasa a ser biometano, un gas de origen renovable con las mismas características y usos que el gas natural de origen fósil, pero con una huella de carbono como mínimo un 80% inferior.
En Valencia de Don Juan se producirán unos 93GWh/año de biometano que se inyectarán a la red de distribución. Con ese gas se podría cubrir el 4,4% de las
necesidades de gas de los hogares y las industrias de la provincia de León. El alcalde Ricardo Barrientos anunció que “Se trata de una inversión que generará 12
empleos directos de larga duración y hasta 25 indirectos en el municipio y supondrá un impulso de la actividad económica en toda la comarca, generará tejido empresarial dentro de la población y traerá beneficios para todos y muy especialmente para ganaderos y la industria agroalimentaria”. Barrientos también destacó el hecho de que la planta está localizada a más de tres kilómetros del núcleo urbano con la tranquilidad que conlleva para los vecinos la planta esté alejada de la localidad.
Gabriel Butler anunció que se trata de una planta diseñada con tecnología de última generación para gestionar mediante un proceso natural de digestión anaerobia (por la acción de bacterias que viven en ausencia de oxígeno) hasta 145.000 toneladas cada año de deyecciones animales ganaderas y otros residuos de la industria agroalimentaria local. Como ejemplo de los beneficios para los ganaderos, indicó que “Cuando entre en funcionamiento, ofrecerá a las explotaciones ganaderas una vía de reducir sus costes, cumplir la normativa europea y disminuir el tiempo dedicado a los trámites administrativos por la gestión del residuo, disponer de más espacio en sus instalaciones y reducir considerablemente las molestias de olores e insectos que provocan las actuales balsas en las poblaciones cercanas a las granjas».