Con los resultados de las urnas sobre la mesa, Pedro Sánchez comienza a estudiar nuevos movimientos en el puzzle político de los resultados del 26-M. Si bien es consciente de la debacle de Podemos, el líder socialista dirige ahora su mirada hacia Ciudadanos, pero sin atreverse a soltar todavía el lastre que ahora mismo le supone Pablo Iglesias.
Por su parte Ciudadanos como ya nos tiene acostumbrados juega a «donde dije digo, digo Diego». Hecho que Sánchez estaría intentando utilizar para conseguir alianzas en aquellos territorios en los que Albert Rivera este dispuesto a usar la llave que abre la puerta al PSOE o PP.
Los de Albert que ya se ha olvidado de su veto a los socialistas (de la semana pasada) están ahora dispuestos a estudiar cada acuerdo sin tener en cuenta las siglas. Son pactos que Sánchez quiere cerrar en una primera jugada, antes de la constitución del Ejecutivo estatal, que se podría situar a finales de junio o principios de julio.
Aunque de momento el Gobierno seguirá considerando al partido morado «socio preferente», todo parece indicar que las esperanzas del ministerio de Pablo Iglesias se difuminan con sus pésimos resultados.