Hace quince años Estonia se posicionaba cuarenta puntos por debajo del Producto Interior Bruto PIB de España. En 2020 Estonia alcanzó un PIB per cápita en paridad de compra de 38.394 dólares, en cambio España se quedó con 38.334 dólares. También es cierto que la economía española sufrió un gran impacto por la crisis del Covid-19, pero Estonia lleva recortando en PIB a España desde hace años.
El PIB de España muy por debajo que el de Estonia
Los datos históricos registrados en el PIB de Estonia no vienen alterados por factores externos, su evolución se debe a los méritos que ha hecho el propio país. En 2006 los datos no decían lo mismo, el PIB de España era España de 27.606 dólares y el de Estonia en 16.624 dólares, una diferencia de 40 puntos porcentuales.
El secreto de la República de Estonia para que el PIB de España sea superior, se ha basado en una serie de reformas estructurales para alcanzar una burocracia eficiente. También, un sistema impositivo de bajos impuestos y simplificado, premiar fiscalmente los beneficios empresariales destinados a la inversión, su apuesta tecnológica y, sobre todo, una política de estabilidad presupuestaria en sus cuentas públicas.
La fiscalidad es uno de los puntos más fuertes e interesantes de Estonia, por lo que no es de extrañar que este país supere el PIB de España. En el sector empresarial no se aplica el impuesto sobre sociedades para los beneficios retenidos de las empresas. De esta forma se favorece la reinversión en bienes de capital lo que favorece en último lugar la mejora de la productividad y los salarios.
Los impuestos de Estonia es un punto muy importante para su crecimiento durante estos años
Estonia grava el impuesto sobre sociedades del 20% en los beneficios que se reparten como dividendos, recompras de acciones, reducciones de capital, ingresos de liquidación o distribuciones de beneficios presuntos. Estos son aquellos como los ajustes de precios de transferencia, gastos y pagos no relacionados con negocios, obsequios, donaciones y gastos de entretenimiento.
Los costes laborales de Estonia son relativamente baratos en comparación con otros países europeos, pero la calidad del trabajo es suficientemente alta. Los salarios han aumentado y las habilidades de los trabajadores locales han mejorado por el incentivo a la reinversión de beneficios. Además, existen oportunidades para un mayor crecimiento en la eficiencia. La diferencia de salarios, en comparación con los países europeos acomodados, es mayor que la diferencia de habilidades.
Pese a pertenecer a la UE Estonia sigue manteniendo unos precios muy baratos
Además, el hecho de que Estonia sea miembro de la Unión Europea (UE) hace que la idea de invertir sea más atractiva. Sobre todo, porque el crecimiento económico de Estonia ha sido uno de los más rápidos de los países que forman la UE. La adopción del euro redujo aún más los temores de los inversores y la adhesión de Estonia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indicó que el entorno empresarial y económico de Estonia se encontraba entre los mejores del mundo.
Aun siendo miembro de la UE, la mano de obra en Estonia sigue siendo bastante barata. Teniendo en cuenta la calidad, los salarios y el aumento de la productividad, Estonia ha mantenido su atractivo para los inversores. En especial en comparación con los países desarrollados. Este es el motivo de una inversión activa en la industria de transformación y el sector del transporte y las comunicaciones.
Aunque según la previsión de Bruselas, España y Estonia, son los países que más empleo destruyen dentro de la zona euro. Esto no quita que España este año este por encima de la media de creación de empleo en la Unión Europea que se sitúa en un 2,1 por ciento, mientras que España ha marcado un 2,8 por ciento.
Ganix Alonso