La empresa de recursos humanos Randstad ha publicado un informe que detecta que el 75% de los profesionales cree que su empresa obtendrá mejores resultados en 2018 que los logrados durante el año que está a punto de concluir, es decir, tres de cada cuatro trabajadores prevén que la situación financiera de su compañía sea mejor el año que viene.
Otro de los aspectos que analiza el estudio se centra en las expectativas de los trabajadores en cuanto a la evolución general de la economía. En este sentido, el 53% de los trabajadores españoles prevé que la situación económica mejore durante 2018. Es decir, más de la mitad de los profesionales se muestra optimista ante la situación de la economía para el próximo ejercicio. Este dato es superior al registrado hace un año, cuando el 48% de los trabajadores consideraban que la economía mejoraría.
A menor edad del trabajador, mayor es su optimismo respecto a la evolución de la economía de cara a 2018. Randstad señala que los ocupados menores de 25 años son los más optimistas, ya que el 60% de ellos prevé que mejore la economía en 2018. Tras ellos, los que muestran mayor grado de optimismo son los ocupados con edades comprendidas entre los 25 y los 45 años. El 55% de este grupo de profesionales cree que la situación en el panorama nacional mejorará en 2018. Los más pesimistas respecto a la evolución de la economía son los trabajadores mayores de 45 años, ya que en este colectivo, el 49% de los ocupados augura que la situación mejorará el próximo año.
Este optimismo es compartido por los sindicatos, que reconocen que la economía en general ha mejorado y las empresas tienen mejores resultados. Sin embargo, esta evolución positiva no se está transmitiendo a los trabajadores en forma de un incremento salarial o de mejoras en sus condiciones laborales.
Según Comisiones Obreras (CCOO), actualmente el 72% de los contratos parciales son firmados por las mujeres. Más de la mitad de estos contratos no son los deseados, sino que no han podido encontrar un contrato con mayor jornada. La temporalidad, que recae en un porcentaje también muy superior en las mujeres (80%) y la discontinuidad en la ocupación son también elementos muy característicos de sectores que están más feminizados, como el de las camareras de piso o las teleoperadoras, que han sufrido las consecuencias de la precarización con mayor gravedad’.
En esta espiral de precariedad surgen las externalizaciones, que aunque no se sufren en todos los sectores si están en los más feminizados, como monitoras de comedor, camareras de pisos, cajeras de supermercado, teleoperadoras, etcétera. “Las empresas multiservicios aprovechan esta situación para intentar depreciar aún más las condiciones laborales de estos colectivos”, añade el sindicato.