A pesar de que España es el quinto país del mundo en potencia eólica instalada, si hablamos de energía eólica offshore (o marina) nos damos cuenta de que todavía está todo por hacer.
El principal motivo es la complejidad técnica (aunque también el esfuerzo económico) que supone instalar aerogeneradores de este tipo en nuestro país. Y es que, al contrario de lo que ocurre en las aguas de muchos de nuestros vecinos europeos, en España no tenemos una plataforma continental adecuada para este tipo de tecnología: a poco que nos alejamos de la costa, la profundidad de las aguas crece de forma notable, lo que impide poder instalar aerogeneradores fijados al subsuelo marino.
La consecuencia es que, salvo contadas excepciones, España necesita utilizar aerogeneradores flotantes si quiere desarrollar su potencial eólico marino. Y esta tecnología, a diferencia de la anclada al subsuelo marino, requiere de mayor inversión económica y está todavía en proceso de desarrollo. Para muestra, un botón: solo el 0,4% de los megavatios offshore instalados en Europa son de tecnología flotante actualmente.
Pero esta situación tiene una parte positiva. Haciendo de la necesidad virtud, España se ha colocado como una potencia en la investigación de tecnologías de energía eólica flotante. El reto no es pequeño: desarrollar soluciones efectivas y competitivas para conseguir que aerogeneradores de gran tamaño operen en lugares con aguas de gran profundidad.
Con el objetivo de tener una foto completa de la situación de España a nivel de investigación en este ámbito, hemos hablado con David Carrascosa, Chief Operations Officer de SAITEC Offshore, una empresa de ingeniería vasca que se encuentra en estos momentos en pleno desarrollo de su propio concepto de “flotador” para aerogeneradores.
Sin parques comerciales, pero puntera en investigación
A pesar de no tener ni un solo parque eólico instalado en sus aguas (con la excepción de un prototipo de 5 megavatios en Canarias), España ocupa una posición privilegiada en el desarrollo de patentes de flotadores para aerogeneradores marinos. Según datos de principios de 2021 de EIT Innoenergy, 8 de las 34 patentes identificadas a nivel mundial habían sido desarrolladas en nuestro país.
«Sí que es cierto que ahora mismo esa es la cifra que más oye, pero dada la actividad que tiene en estos momentos el sector, en cada congreso se habla de una diferente. Actualmente se habla incluso de unos 100 diseños, cada uno de ellos en un estado de desarrollo, más o menos inmaduro. Aunque cuando empiezas a analizar tecnologías que hayan pasado por un proceso de desarrollo en oficina con modelos numéricos y en también en bancos de ensayo, las cifras se reducen», cuenta Carrascosa.
«Además, lo curioso de España es que no solo tenemos una buena representación a nivel de cantidad, si no que también tenemos tecnologías desarrolladas prácticamente en cada uno de los grupos o tipologías de plataforma flotante. Contamos con soluciones tipo spare, tlp, semisumergible, barcaza… y también soluciones en acero y hormigón», añade.
Según explica Carrascosa, «no hay ningún secreto por el cual España esté tan bien posicionada en esta tecnología». El motivo es, simplemente, que “en España hay empresas de ingeniería muy válidas y con mucha actividad innovadora. Por ejemplo, si nos fijamos en el número de proyectos con financiación europea en el ámbito de la energía, te sorprendería ver cuál es porcentaje de proyectos financiados en España. Son muchos más de los que nos corresponderían por habitante”, señala.
Más allá del talento, donde España tiene también una ventaja competitiva es en la disponibilidad de bancos de ensayos. «Contamos con varios centros de investigación, como son el tanque de oleaje del Instituto de Hidráulica de Cantabria o el Canal del Pardo en Madrid. No muchos países cuentan con este tipo de infraestructuras. Además, si damos el salto y pasamos de ensayos en tanque o en laboratorio a ensayos a escalas superiores, contamos no con uno, sino con dos plataformas de pruebas en aguas abiertas como son BIMEP y PLOCAN. Todo eso hace que sí que haya una llamada a innovar, al menos en las fases más iniciales».
Por supuesto, tampoco nos podemos olvidar otro factor importante como es la propia necesidad, ya que, como hemos comentado, si algún día hay parques eólicos en España serán de tecnología flotante. «Además, ahora esa necesidad de desarrollo tecnológico se ha alineado con la declaración política, con la presentación de la Hoja de Ruta de la eólica marina y el anuncio de la primera subasta en nuestro país«, cuenta David.