El pasado fin de semana, en un popular pueblo del sur leonés de cuyo nombre no quiero acordarme solo había una farmacia de guardia en un radio de 30 kilómetros. Cosa habitual y ya asumido por los vecinos rurales que, a buena suerte, tienen una farmacias de guardia disponible aunque sea a una treintena de kilómetros. El pueblo, afortunado, por disponer de farmacia de guardia y la comarca, resignada por recorrer la distancia mencionada para las recetas más urgentes.
Pues póngase en situación. Once y media de la noche y en un pueblo, cuyo nombre tampoco recuerdo, la médico de turno receta un prospecto. No puede facilitarlo y es urgente su aplicación. Así que no queda otra que buscar la farmacia de guardia más cercana. A pesar de que el pueblo es de cierto tamaño no dispone de guardia en la farmacia, así que toca recorrer los 26 kilómetros hasta la única que está disponible en un radio de 30 kilómetros.
Una vez en la farmacia consulta la tarjeta para comprobar la receta electrónica. Arruga la cara e indica «no disponemos de ese medicamento». Se pueden imaginar la sorpresa, recorrer casi 30 kilómetros (a los que había que sumar la vuelta) y que no esté el medicamento en cuestión. Ante la situación, dos posibilidades preguntar si hay otro que contenga la misma composición o recorrer otros 30 kilómetros más (hasta León) y buscar el medicamento concreto.
La opción coger otro medicamento sin receta
Cualquiera de las posibilidades supondría un sobrecoste. Otro medicamento similar no entra en receta y el coste hay que asumirlo por completo y recorrer otros 30 kilómetros supondrían 120 kilómetros en total para buscar una farmacia con el medicamento recetado.
La opción escogida por nuestro lector, que nos narra la historia, fue preguntar por un medicamento con la misma composición. A pesar de no entrar con receta, asumió el coste (la verdad es que fue menos de 5 euros). Siempre será una mejor opción que recorrer otros 60 kilómetros más en busca del medicamento.
O recorrer otros 60 kilómetros en busca de otra farmacia de guardia
Con esta situación, recapitulamos y pensamos si no sería una buena opción que los médicos recetaran medicamentos por su composición y no por una marca en concreto para no encontrar situaciones de este tipo. Sin duda, hay cosas que mejorar para favorecer la vida en los medios rurales y el tema de las farmacias… trae cola.
Sanidad igualitaria y en ello también se incluye el servicio de farmacia.
¿A ti te ha pasado alguna situación parecida?