Pokémon Go no deja de sorprender, su uso ha generado muchas situaciones divertidas, pero también ha planteado cuestiones interesantes. Cómo la mayoría ya sabe, es un juego que no sólo implica un desplazamiento virtual en el móvil, utiliza la realidad, escenarios físicos que son incorporados a la aplicación como parte de la capacidades que ofrece la realidad aumentada de la aplicación, gracias a la combinación de información de posicionamiento y la cámara del móvil, de esta forma, el jugador dispone de un escenario de juego que abarca, al menos en teoría, todo nuestro mundo.
Capturar a todos los Pokémones, no depende únicamente de la destreza de cada jugador o de su suerte a la hora de localizarlos, también depende de las ganas que tenga de hacer kilómetros y kilómetros, caminando, en coche, en bicicleta y en cualquier otro vehículo o forma de transporte que podamos imaginar. Cómo muchos jugadores sabrán, hay Pokémones distintos en cada país y continente. Todo depende de la tenacidad y paciencia del jugador, hasta donde puede llegar su «locura» para cazar el mayor número de Pokémones.
Esto es lo pensarían los compañeros de un jugador que llegó un lunes a su hora habitual de entrada a una empresa leonesa, vestido de forma poco habitual, seguramente con la excusa de la época estival, y con una chanclas «piscineras», que causaron las risas y algunos comentarios de sus compañeros, seguida de una llamada de la dirección, sin ninguna consecuencia, más allá de preguntar el porqué de la vestimenta y una llamada de atención, puesto que el calzado no se ajustaba a las normas de la empresa.
Pero lo curioso no era la vestimenta, sino la dificultad que presentaba el trabajador para caminar, y es que, según relató el mismo, se había pasado los últimos días recorriendo la ciudad y sus alrededores en busca de Pokémones, en su tiempo libre, pero calculaba que había llegado a caminar más de 80 km en busca de los preciados Pokémones, lo que combinado con el calor de esos días, le había provocado ampollas y rozaduras, es definitiva, había tenido un efecto físico sobre la persona.
No deja de ser anecdótico pero también interesante. Hasta ahora, para la mayoría los juegos de ordenador, tenían un ámbito virtual, dentro de la mente del jugador y ese mundo irreal que genera el ordenador, pero con Pokémon Go, se ha trascendido la barrera de lo virtual y se ha entrado de lleno en el mundo físico, generando todo tipo de interacciones y situaciones que afectan tanto al entorno del jugador, como a los propios jugadores.
Pokémon Go ha cambiado la reglas y ha abierto la «caja de pandora» de los juegos y el entretenimiento.