No quiero que Cataluña deje de formar parte de España.
Estamos en el siglo XXI y estos problemas políticos deben resolverse por la vía del dialogo, nunca por la fuerza. Nuestra sociedad está formada, informada y con capacidad para tomar las decisiones que considere oportunas y la sociedad catalana por supuesto.
Quebec o Escocia han votado y no ha pasado nada.Hay que tener buena fe y la mente abierta.
Considero que las opiniones intransigentes, las que sólo creen que la fuerza es la solución nos han llevado a la situación actual. El Gobierno de España ha actuado con poca inteligencia emocional. Ha favorecido el «cabreo» de los catalanes y el aumento de los independentistas.
Ampararse en la Ley cuando más de dos millones de personas quieren actuar al margen, evidencia que esa ley no sirve…y las leyes se cambian…sin ningún problema. La Constitución también.
Y como anécdota curiosa, como leonés, no olvido que en mi Región se ha incumplido el art. 2 de la Constitución y aquí no pasa nada, mientras asistimos a nuestro linchamiento económico y cultural, como Región española que fuimos hasta 1983.
Antón