El pasado domingo se disputó en Madrid la Copa del Mundo de Triatlón ITU, una prestigiosa cita internacional en la que el leonés Kevin Tarek Viñuela volvió a competir en la categoría élite con los primeros espadas, dejándose ver en cabeza y corriendo con el descaro que en él es habitual, lo que plasma un vez más el talento de este triatleta que acabó en trigésimo segunda posición, y que sigue acumulando un bagaje internacional cada vez más interesante. Su tercera plaza como mejor español es un nuevo espaldarazo a su candidatura para lograr el pasaje al Europeo Sub23. No obstante, Viñuela logró recientemente el subcampeonato de la Copa del Rey de triatlón con su nueva escuadra, el Cidade de Lugo Fluvial.
La salida de la prueba Élite Masculina comenzó a las 13.15 horas, con el cielo un poco nublado y con el noruego Blummenfelt como claro favorito para adjudicarse la prueba tras lograr la medalla de bronce en la última prueba de las Series Mundiales disputada en Yokohama (Japón).
El norteamericano Seth Rider fue el primero en salir del agua, con un tiempo de 18’26” tras dos vueltas de 750 metros cada una. Tras él, el primer hombre en salir del agua era precisamente el Kevin Tarek Viñuela y un segundo después, tercero, el sudafricano Wian Sullwald, seguido por un goteo continuo de triatletas que fueron pasando por la primera transición para coger sus bicicletas y afrontar los duros 40 kilómetros de ciclismo que tenían por delante.
Las seis subidas a la Cuesta de la Vega, donde se congregó numeroso público, fueron un auténtico castigo para las piernas de los triatletas, formándose un primer grupo con 20 unidades entre los que se encontraban Antonio Serrat y el propio Kevin Tarek Viñuela como únicos representantes españoles. En esos momentos las inmediaciones del Palacio Real, zona en la que estaba ubicada la T2 y la meta, estaba llena de espectadores que rompieron a aplaudir en cada una de las vueltas de ciclismo y cuando los triatletas dejaron sus bicicletas.
El francés Viain fue el primero en emprender la carrera a pie, seguido de su compatriota Raphael Montoya y del neozelandés Ryan Sissons. La victoria se decidió en un apretadísimo sprint final en el que Ryan Sissons se hizo con el escalón más alto del podio, con un tiempo de 1.53:00 proclamándose campeón de la Copa del Mundo de Madrid, en su primera victoria en una prueba de est competición. El segundo en cruzar la línea de meta fue Raphael Montoya, siendo finalmente tercero el también francés Simon Viain. Por detrás, Kevin Tarek acabó sufriendo en los diez kilómetros de carrera a pie, finalizando trigésimo segundo, pero evidenciando una vez más su progresión.