El sector de las funerarias no destaca precisamente por su transparencia. Un completo estudio realizado por OCU hace algún tiempo ponía el foco en la difícultad para los consumidores de tener información, presupuestos sobre las distintas alternativas.
Pero esto ha empeorado con la crisis del Covid-19. El aumento de los muertos y los servicios fúnebres ha hecho que las empresas funerarias se intenten «aprovechar», según señalaba Garzón en una rueda de prensa.
En la dos últimas semanas algunas funerarias han triplicado el precio de sus servicios hasta tal punto que muchas personas no pueden pagar el entierro a su familiar.
Según comprobó OCU, un sepelio discreto cuesta de media unos 3.500 euros. Ante la crisis del coronavirus, los precios aumentaron hasta llegar a pagar un mínimo de 8.000 euros.
Ante esta subida desorbitada de precios, el Gobierno de España ha intervenido en las funerarias. Así, durante el periodo de vigencia del estado de alarma, los precios de los servicios funerarios no podrán ser superiores a los que existían antes del 14 de marzo. Esta medida ha provocado el enfado de estas incluso a amenazar con ERTES y cierres.
En León, el Ayuntamiento ha recordado que las empresas funerarias tienen la obligación de mantener los precios de sus servicios durante el Estado de Alarma. Además recuerda que los afectados podrán reclamar si se les cobra o pretende cobrar unas tasas diferentes a las vigentes antes de marzo.