Cada año se conmemora en León el milagro de la Virgen en las escaleras de la Plaza Mayor
Las pequeñas escaleras ubicadas en el extremo de la Plaza Mayor de León son un símbolo de la resistencia de la ciudad contra la invasión francesa en 1810. Según cuenta la leyenda, la Virgen de la Inmaculada Concepción obró un milagro que permitió a los soldados leoneses escapar de las tropas invasoras. Cada año, para conmemorar este hecho histórico, se lleva a cabo una escueta ceremonia en la que se reza una salve a la Virgen.
Según el relato histórico, en plena huida de los soldados leoneses, uno de los coraceros franceses cayó por las estrechas escaleras de la céntrica plaza de León con su caballo y ambos murieron en el acto. Este suceso facilitó la salida de los leoneses y se convirtió en una anécdota que se ha transmitido de generación en generación.
Hoy en día, estas pequeñas escaleras de la Plaza Mayor son un lugar especial para muchos leoneses y un recordatorio de su valentía y coraje frente a la invasión extranjera. Cada año, el día de la Inmaculada Concepción, se lleva a cabo un pequeño acto religioso en la que se reza una salve en honor a la Virgen y se recuerda este hecho histórico.