Leyenda del lobo que se convirtió en burro
San Froilán se celebra el 5 de octubre y en León es fiesta. Cuenta la tradición que en el siglo IX el ermitaño Froilán se alejó a las tierras montañosas en León, allá por la Valdorria. Allí comenzó la construcción de una ermita, para ello se servirá de la ayuda de un borrico que transportará cada una de las piedras de la ermita.
Dicen que estando San Froilán una mañana rezando y absorto en sus oraciones, se le apareció un lobo hambriento que vio en el asno del santo un apetitoso almuerzo. Abalanzándose sobre él, comenzó a devorarlo momento en el que lo encontró el Santo, que con su mirada dejó al lobo acurrucado y temeroso, mientras le hablaba de amor y paz.
Así fue como San Froilán consiguió quitarle al lobo el miedo al hombre y al fuego y sin saber cómo el lobo fue domesticado, a partir de entonces sería éste el que le llevase el material de construcción hasta concluir la ermita
Desde entonces, el lobo caminó siempre a su lado, arrimado a su pierna derecha.
En la actualidad encontramos en la ermita de Valdorria tantos escalones como días tiene el año, los que hay tallados en la roca, un camino estrecho pero de escasa dificultad lleva hasta dicha ermita.
En el retablo de Nicolás Francés de la capilla central de la catedral existen tres tablas flamencas que representan la vida de San Froilán. Una de ellas alude a su permanencia en Valdorria como ermitaño, con la prueba de la brasa que quema sus labios y las palomas que salen de su boca y anuncian su facultad de predicador. Una leyenda que también está tallada en bronce en una de las puertas del santuario de la Virgen del Camino. San Froilán fue obispo de León durante 5 años desde 900 al 905.