La España que conocemos, tiene que cambiar, y necesita políticos que de verdad, que quieran sacarnos de este “bache” que es lo que realmente se ha convertido el conflicto catalán, el modelo de la “España Autonómica” ha fracasado, tenemos dentro de un país relativamente pequeño, aunque con mucha riqueza cultural, 17 minipaises, con 17 parlamentos distintos, 17 gobiernos autonómicos, que no hacen, otra cosa, que alimentar a toda la clase política española.
Nos encontramos ante 17 legislaciones distintas sobre materias comunes, que dificultan la recuperación económica y la creación de empleo, ya que las autonomías nos cuestan más de 86.000 millones de euros cada año, que no sólo tienen que salir de nuestros bolsillos sino que quitamos a lo que realmente nos interesa: la educación, la sanidad, la garantía del sistema de pensiones… el estado del bienestar en definitiva.
Nos enfrentamos a un problema estructural, El País Vasco, se encuentra genial dentro de España, ya que recibe gracias a su particular “cupo vasco” más dinero para inversiones, que si fueran un estado independiente.
Cataluña por su parte, pidió en 2012 un cupo personalizado, como el País Vasco, y exigió, “Cupo o Independencia” algo a lo que el Gobierno se negó, ya que el país no se podía permitir otro “concierto” más.
En total, el traspaso de competencias del Estado a las comunidades autónomas ha implicado un traspaso de 821.357 empleados. Sin embargo los asalariados de las autonomías superan ya los 1.740.000 empleados (920.000 más que el Estado para hacer lo mismo) y no paran de crecer exponencialmente.
¿Dónde están esos 920.000 empleados de más? ¿Hay más médicos? ¿Más profesores? Algunos más por el aumento de la población estos años, pero pocos.
De hecho, España está por debajo de la media europea en número de funcionarios y sin embargo diversos organismos aseguran que en relación al número de habitantes, en España sobran alrededor de un millón de empleados públicos.