Seguramente esta mañana el padre le diría al hijo cómo decíamos ayer, parafraseando a fray Luis de León. Y es que la popular estatua a pie de calle de “El padre y el hijo”, obra del escultor leonés Jesús Trapote, ha vuelto a su lugar de origen, la Plaza de la Regla de la capital leonesa con la misión de contemplar eternamente la Catedral.
Esta doble estatua tuvo que ser retirada hace cinco meses porque unos gamberros la derribaron en una noche de borrachera. La policía no ha logrado dar con los culpables a pesar de haber sido grabada la acción por una de las cámaras que vigilan la plaza de la Catedral. Los daños sufridos obligaron al Ayuntamiento a retirar la estatua y a llevarla a la Escuela de Oficios municipal, donde ha sido restaurada. Antes de su instalación se ha asegurado la peana anclada al suelo y que sujeta las estatuas.
“El padre y el hijo” se han con vertido en los últimos años en un símbolo moderno de León, que complementa perfectamente la mirada de conjunto de la Catedral y del palacio Episcopal.
A partir de esta noche, las cámaras vuelven a vigilar la eterna escena de este padre y su hijo de bronce.