Una ballena de 18 metros de longitud ha aparecido muerta este jueves en la playa de Morís, en Caravia, un municipio asturiano de apenas 470 habitantes. Sin embargo, muchos de los residentes, sorprendidos por la aparición de este animal sin vida, se han acercado a la zona para ver al cetáceo.
Según recoge la prensa local, se trata de una especie habitual del mar Cantábrico, un rorcual común (balaenoptera physalus), también llamado ballena de aleta. Este viernes se ha procedido a su retirada.
Según la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marina (Cepesma), la ballena es un macho de aproximadamente 12 toneladas de peso, una cantidad muy baja para su tamaño. Estos animales pueden llegar a medir hasta 27 metros de longitud. De media, en esta zona varan 1,2 ejemplares cada año. El mayor cetáceo rescatado hasta ahora medía 16 metros y pesaba 26 toneladas, según informa La Nueva España.
Los pasados meses de septiembre y octubre se avistaron hasta cuatro especies de cetáceos frente a las Rías Baixas, en Galicia, entre ellas dos ejemplares de ballena azul (Balaenoptera musculus), el mayor animal del planeta, amenazado de extinción, y símbolo de los conservacionistas. El hallazgo se produjo en el transcurso de una expedición rutinaria a bordo del barco escuela del Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI, por sus siglas en inglés de Bottlenose Dolphin Research Institute), con sede en O Grove (Pontevedra).