El Ministerio de Fomento ha vuelto a intentar no tener que pagar a la factoría ferroviaria valenciana de Stadler los trenes que le encargó Feve.

El pasado mes de marzo el Ministerio de Fomento notificó a Stadler Rail Valencia «la revisión de oficio y declaración de nulidad» de los contratos de la extinta Feve y que tras su disolución pasaron a Renfe Viajeros, según revela la memoria de las cuentas de 2016 de la filial valenciana de Stadler.

Fomento lo intenta por tercera vez, después de que la Audiencia Nacional tumbase los dos expedientes administrativos para invalidar los contratos realizados hasta ahora por la Administración.

La empresa estatal que explotaba la red de vía estrecha del norte de España y Murcia había encargado inicialmente cuatro unidades para la red tranviaria en León por 15,2 millones en 2010. Entonces Rodríguez Zapatero era presidente del Gobierno y la planta valenciana pertenecía a Vossloh. Tras varias modificaciones el compromiso se incrementó hasta 28 unidades y otros contratos de piezas que elevaron el importe hasta 34,65 millones para renovar otras líneas de transporte.

El problema surgió cuando la crisis económica paralizó gran parte de las obras en las vías previstas para estos trenes, como el tranvía de León, que se ha quedado en un proyecto. Al no acometerse estas obras, los nuevos trenes-tram valencianos no cumplían las condiciones para circular en trazados sin renovar desde hace décadas.

La memoria de la factoría ferroviaria señala que los saldos pendientes por este contrato ascienden a 18,8 millones y subraya que «tras devenir en firmes en febrero de 2016 las sentencias de la Audiencia Nacional de 18 de mayo de 2015 que anulaban las dos primera revisiones de oficio» ha reclamado en el mismo tribunal la responsabilidad patrimonial del Estado y la ejecución de las sentencias para cobrar.

Curiosamente, Renfe y Stadler comparten el accionariado de la empresa de mantenimiento ferroviario Erion.