El establecimiento ubicado ahora en el centro de León está a punto de cumplir doscientos años de historia
León es una ciudad llena de historia, y pocos lugares reflejan esto mejor que la Farmacia Merino, un establecimiento que ha resistido el paso del tiempo durante casi dos siglos. Fundada en 1827, esta botica es la más antigua de la ciudad, ubicada en la emblemática Calle Ancha, cerca de la catedral.
La farmacia, con su noble fachada de mármol único, transporta a quienes cruzan su umbral a una época pasada. Su dueña, María José Alonso, ha dedicado su vida a preservar este rincón histórico, cuidando cada detalle y restaurando personalmente muchas de las reliquias que decoran el interior.
La historia de la Farmacia Merino comenzó en una calle cercana cuando Gregorio Felipe Merino la fundó. En 1934, el padre de María José adquirió el negocio, que desde entonces ha sido un testimonio del sacrificio, la pasión y la especialización, valores que han permitido que este negocio “peine canas”.
Hoy en día, la farmacia sigue siendo un punto de referencia para los leoneses y peregrinos que, además de comprar productos, no pueden evitar hacer fotos y admirar su atmósfera centenaria. La Farmacia Merino no solo vende medicinas; también ofrece un viaje en el tiempo que pocos establecimientos pueden igualar.