Pintura blanca, descuido o dejadez de algún vecino
Dos mujeres paseaban tranquilas disfrutando de un día de compras por el centro de León. Acababan de salir de Zara y se dirigían a su cafetería preferida antes de continuar con su jornada de compras. Pasaban tranquilas por el pasaje Alfonso V cuando, de repente, una de ellas comenzó a notar que algo le pingaba en su cabeza. Pensando que eran unas gotas de agua intentó protegerse. Lo siguiente fue estupefacción, horrorizada comprobó que su mano estaba manchada de pintura blanca.
En ese momento, su amiga la miro y comprobó como la pintura blanca escurría por el delicado peinado de su amiga. «Oh, no…qué es esto». Mucho peor que unas gotas de agua, o el ‘regalito’ de una paloma descuidada… pintura blanca, o al menos eso parecía.
Ambas gritaron de repente mientras miraron hacía arriba, no llegaron a distinguir nada ni ver a nadie en balcones ni ventanas, revisaron con la mirada las jardineras y allí con estupor vieron como caía pintura de una de ellas.
Tras apartarse comprobaron la pintura había caído sobre el cuero cabelludo de de una de ellas y parte del cuello, también se había manchado su gabardina de entretiempo y una de las bolsas que llevaban también estaba manchada.
Estupefactas decidieron dejar el café para otro día y dar por finalizada la jornada de compras. Mencionar que el culpable de la acción no bajó a disculparse.
Hay que recordar que tirar objetos a la vía pública o agua desde las viviendas es todo un peligro pero aún más peligroso resulta elementos como pintura u otro tipo de sustancias. Ahora queda la marca de lo sucedido en recuerdo de aquella nefasta jornada de compras con final amargo.
Digital de León no se hace responsable de lo aquí recogido, se trata de la opinión de un vecino del pasaje Alfonso V que observó lo ocurrido esta semana.