En la víspera del nuevo año, un cuento para celebrar y reflexionar sobre el pasado, mientras esperan con esperanza lo que traerá el futuro.
En un pequeño pueblo rodeado de montañas nevadas, la familia Quiñones se prepara para recibir el Año Nuevo. María, la abuela, ha estado cocinando desde temprano en la mañana, llenando la casa con los aromas cálidos de las tradiciones culinarias familiares. Sus hijos y nietos han llegado desde diferentes partes del país para compartir esta noche especial. Un cuento en una día muy especial.
Juan, el hijo mayor, recuerda cómo su padre solía contar historias junto a la chimenea cada Nochevieja. Este año, él ha decidido continuar con esa tradición. Reúne a todos en el salón y comienza a narrar un cuento que habla de superación y unidad familiar.
La historia trata sobre un joven llamado Pedro, quien vivió hace muchos años en ese mismo pueblo. Pedro enfrentó numerosos desafíos durante su vida, pero siempre encontró fuerza en su familia y amigos. A medida que Juan relata las aventuras de Pedro, los miembros de la familia García sienten una conexión más profunda entre ellos.
Mientras tanto, los niños juegan alrededor del Ramo Leonés decorado con rosquillas, lazos y productos de la tierra. La atmósfera está llena de risas y amor mientras todos comparten anécdotas del año que termina.
Cuando el reloj marca las doce campanadas anunciando el inicio del 2025, cada miembro de la familia sostiene una uva en sus manos, siguiendo la tradición española para atraer buena suerte en los próximos meses. Con cada campanada hacen un deseo personal: salud, felicidad o éxito.
Al final de la noche, al mirar por la ventana hacia las estrellas titilantes sobre las montañas cubiertas por nieve fresca bajo el cielo claro e inmenso; todos saben que no importa qué desafíos puedan venir este nuevo año porque juntos son más fuertes.
¡Feliz año 2025!