Un médico de La Condesa no quiso atender a un paciente que tenía un forúnculo y este último acabó en el hospital siendo operado de urgencia
Una nueva situación surrealista se ha vivido en la capital leonesa y es que, en esta ocasión, todo ha ocurrido en el Centro de Especialidades de La Condesa donde un paciente acudió por un fuerte dolor en la zona interna del recto.
El paciente, un joven de unos 20 años de edad, acudía al médico para que éste le revisara la zona interna del culete por un bulto o granito acompañado de un fuerte e intenso dolor en la zona.
El médico en cuestión, tal y como relata el joven, no sólo actuó de forma poco profesional, pues además, fue tremendamente maleducado, irrespetuoso y escrupuloso cuando el chico quiso mostrarle la parte interna del los glúteos para que le revisase lo que más adelante se diagnosticó como un forúnculo.
El tamaño de forúnculo
Aunque parezca extraño o difícil de creer, el mencionado forúnculo tenía un tamaño de 3,5 centímetros, algo complicado de no ver y más para un profesional, pues lo dicho que el individuo titulado, no vio el forúnculo de semejante tamaño porque no quiso mirar el culete al joven. Por más que el sufrido joven le insistió al facultativo para que observara la zona, el médico se negó y tan solo se limitó a «divisar» de lejos la zona.
Tras el dudoso «examen» el médico le «mandó a casa» indicándole que tuviera un poco de paciencia. El quejicoso joven, resignado, se fue a su domicilio con tremendos dolores y sin poderse sentar.
La aparatosa culminación del forúnculo
La cuestión es que, pasadas las horas, el joven tuvo que acudir de urgencia al Hospital de León ya que «algo» explotó y comenzó a sangrar. Con más de 38º de fiebre llegó a urgencias donde tuvo que someterse a una intervención quirúrjica.
El diagnóstico fue un forúnculo de gran tamaño. El bulto (que no había sido visto por el médico de atención primaria) estaba lleno de pus y había provocado una grave infección.
El médico escrupuloso
El médico, que tiene fama en La Condesa por ser bastante escrupuloso y no querer acercarse demasiado a sus pacientes, por si acaso se contagia de alguna enfermedad, trató al paciente desde una distancia considerable. En esta ocasión mandó al paciente a casa, quitando importancia al tema y asegurando que no «tenía nada» y finalmente acabó siendo operado de urgencia.
Los sanitarios del Hospital de León no pudieron entender que el forúnculo no hubiera sido diagnosticado dado el aspecto que presentaba. Un bulto de estas características supone un riesgo para la salud y debe de ser tratado por mucho asco que de.