En un comunicado la Diócesis de León insta acoger el centro de migrantes sin prejuicios ni racismo
Ante las recientes manifestaciones de rechazo contra la apertura del Centro de Atención a Personas Migrantes en Villaquilambre, la Diócesis de León, a través de la Delegación de Misión Samaritana, ha expresado su profunda preocupación por las actitudes de desconfianza y rechazo que se han generado en la comunidad. El obispo Luis Ángel de las Heras ha instado a los ciudadanos a recibir a los migrantes con apertura y comprensión, destacando la importancia de superar los recelos y prejuicios.
En un comunicado emitido este martes, la Diócesis subraya que «la convivencia con personas emigradas es una oportunidad para el enriquecimiento mutuo», resaltando que los migrantes no deben ser vistos como una amenaza, sino como portadores de talentos y experiencias culturales valiosas. «Es crucial reconocer la dignidad de cada persona migrante y no dejar que el desconocimiento y el miedo fomenten actitudes negativas», añade el texto.
Además, el comunicado hace un llamado a los cristianos de la diócesis a reflexionar sobre el mensaje de Jesucristo, que nos exhorta a ser agentes de hospitalidad y promotores de una cultura del cuidado. «Animamos a todos a trabajar por una cultura de la justicia global, donde nadie se vea forzado a emigrar de su tierra», afirma la Diócesis.
El obispo de León, en su carta quincenal titulada «Iglesia en León es hospitalidad», refuerza este mensaje y pide a la comunidad que mire hacia las raíces cristianas y evangélicas de la hospitalidad. «La Iglesia que peregrina en la diócesis de León quiere ser hospitalidad para acoger, proteger, promover e integrar al emigrante y al refugiado», subraya el obispo, recordando las palabras del papa Francisco sobre la necesidad de una respuesta común y solidaria ante los desafíos de las migraciones contemporáneas.
La Diócesis de León invita a todos los agentes pastorales a destacar la contribución positiva de las personas emigradas al bien común de la sociedad y a evitar actitudes racistas y aporofóbicas. La cultura del encuentro fraterno y la ayuda que dignifica son esenciales para construir una comunidad más inclusiva y solidaria.