Solo, en una celda en la enfermería con una pared de cristal al otro lado de la cual está el preso que lo vigila, su sombra. Así se encuentra José Enrique Abuín Gey, autor confeso de la muerte de Diana Quer, en la prisión pontevedresa de A Lama, a donde fue trasladado este miércoles desde el penal coruñés de Teixeiro.
Pese a esa soledad, ya ha podido tener contacto con el exterior. Fue a través de una llamada telefónica. ¿Y quién fue la persona con la que se puso en contacto? «El Chicle» aprovechó ese breve tiempo de comunicación que se le permitió para telefonear por primera vez desde su detención a su madre. Y con ella habló para que lo visite en la cárcel.
La progenitora le ha retirado públicamente su apoyo y repudiado, como hizo también el resto de su familia biológica. «Mi hijo es un monstruo, un asesino», dijo destrozada y entre lágrimas la mujer escasos días después del hallazgo del cadáver de la joven madrileña en la nave de la parroquia de Asados de Rianxo, a 200 metros de su domicilio.