La canción que Alfred y Amaia defienden para ir a Eurovisión, además de ser una de las favoritas de los seguidores de OT 2017, consigue trasladar al espectador a la atmósfera que la pareja de artistas (y el programa de Gestmusic) ha ido creando durante todos estos meses. «Tu canción» es un tema de amor, de nuevos enamorados, de una relación que nace y no se puede ocultar. Y ese es, precisamente, el mayor de los peligros de esta apuesta eurovisiva.
Si el dúo de cantantes tiene que viajar finalmente a Lisboa en mayo de este año para representar a España, habrán pasado exactamente tres meses y medio desde su victoria en la gala de esta noche. Y quizás, en todo este tiempo, lo que ha sido una relación de amor inocente alejados del ruido mediático y de las redes sociales, pueda convertirse en otra cosa.
Ni mejor, ni peor. Simplemente otra cosa diferente y alejada de estas miradas que hierven, esta forma de rozarse y cogerse la mano, la complicidad que demuestran con cada pase de micros Alfred y Amaia. Y en un Festival donde sólo hay una oportunidad para conseguir el voto del jurado internacional y del público, los dos deberían preservar sus sentimientos de forma inmarcesible o ser grandísimos actores.
No es una crítica baladí. Es tan importante lo que se canta y el cómo se canta. La canción compuesta por Raúl Gómez, que ya ha dicho que “desde que les vi en City of Starts lo tuve claro”. Es decir que la canción no cuenta una historia de amor cualquiera: cuenta SU historia de amor. Y como desaparezca el amor, desaparecerá la magia.
Hay otro problema -más delicado de tratar si cabe- en todo este asunto y es la ansiedad que sufre Alfred y que le ha apartado incluso del primer pase de micros. Su afección, que padecen millones de personas en nuestro país, no le incapacita para participar en Eurovisión pero sí que puede suponer un contratiempo.
Sin embargo, nadie duda de que el joven catalán sabrá superar los problemas y, si se da la posibilidad, pisará con fuerza el escenario en Lisboa. Él, que siempre ha sido un gran admirados de Salvador Sobral (ganador del año pasado pese a sus problemas de salud mucho más graves) y que supo afrontar la dureza de un Festival donde el nivel de exigencia es del 200%.