No es lo mismo un turismo que un autobús, eso lo tenemos claro. Y no es lo mismo que un vehículo utilitario se ponga a maniobrar en una calle que un autobús lo haga en la misma calle. Eso ya es ganas de liarla. El tema se agrava cuando son cruces concurridos y no muy «amplios» y encima si se le suma el tema «obras» ya ni hablamos. Pues la cuestión no le importó mucho al conductor de este autobús que generó una buena racha de pitidos y enfados en las proximidades de Avenida Gran Vía de San Marcos. Creo conflicto no una, sino dos veces.
Sucedió la semana pasada, ya iniciadas las obras en Padre Isla y Lope de Vega. Precisamente, ésta se trato de la primera zona de «guerra» para el autobús. El autobús, un «descomunal» vehículo de gran envergadura, se empeñó en que tenía que pasar por Lope de Vega. No sabemos muy bien qué pretendía teniendo en cuenta que el final de la calle está cortado. Así que, ni corto ni perezoso, tomó la calle «derecho» tanto tanto que casi se estampa contra la caseta de obra colocada en dicha vía. El caso es que quedó encajonado entre caseta, vallado y algún vehículo que por allí paraba. En esto que llegó un camión de las obras, pitada monumental y el camión que tiene que retroceder y «dar una vuelta» (o varias) a que el autobús abandonara el lugar.
El autobús con más ganas de liarla, repitió jugada
Pero el tema no era fácil. Estaba encajado de tal modo, que por poco libró un toldo de un establecimiento. Al final, necesitó indicaciones de los propios trabajadores de las obras de la calle, hubo que mover el vallado, retirar señalización y «parar» parte del tráfico de Gran Vía de San Marcos para que el autobús en cuestión pudiera salir de donde se había «encajado».
En definitiva, más de media hora de maniobras, pitidos y «angustias»… algunos ya veían acudir a los bomberos para rescatar al autobús.
No contento con el tema, y después de dar unas vueltas (suponemos que no muy lejos),comenzó otra serie de pitidos (señal de que el tráfico está enfadado). Y allí estaba el mismo autobús volviéndola a liar. En esta ocasión, a pocos metros, en el cruce entre la calle San Agustín y Alfonso V. Aquí peligraron los coches eléctricos, algún vehículo de reparto… y el autobús de nuevo montándola. Que no gira. De nuevo… indicaciones que fueron necesarias y colas en Gran Vía de San Marcos.
Esperamos que el autobús llegara con buen puerto a su destino y no siguiera con la colección de pitidos. Nos quedamos con la moraleja de que no es lo mismo liarla con un coche pequeño que con un autobús.