Paz Fernández Borrego, la gijonesa que desapareció en Navia el 13 de febrero y cuyo cadáver se encontró anteayer en el embalse de Arbón (Villayón), después de 22 días, tuvo una muerte atroz.
Su asesino la golpeó con saña en la cabeza, causándole múltiples fracturas en el cráneo y el cuello con un objeto contundente. Luego arrojó el cuerpo de la víctima al pantano de Arbón, donde permaneció mucho tiempo, posiblemente desde el mismo día de su desaparición, la noche del 13 de febrero.
Son los únicos detalles que han trascendido por ahora de la autopsia practicada en la mañana de ayer al cadáver de la mujer en el Instituto de Medicina Legal de Oviedo. El tiempo transcurrido desde el fallecimiento, tres semanas, y el medio en el que ha estado el cuerpo, al aire libre, hacen que el cadáver esté muy descompuesto, lo que ha dificultado el examen forense.
Faltan, no obstante, varias pruebas al cadáver, que permanece aún en el Instituto de Medicina Legal de Oviedo. Se han tomado muestras para determinar si pudo ser agredida sexualmente, aunque, como en el caso de Diana Quer, será muy difícil establecerlo debido a que el cuerpo ha permanecido mucho tiempo en el agua. Algunas de las muestras se remitirán presumiblemente al Instituto Nacional de Toxicología en Madrid.