Un psicólogo condenado a 17 años de prisión por abuso de menores, pena que ha sido confirmada por el Tribunal Supremo para éste profesional, que aprovechaba las sesiones de terapia, para llevar a cabo los abusos.
Pedro Julio Merino, psicólogo infantil de Ciudad Real de 65 años de edad, ha sido condenado a 17 años y medio de prisión, por haber abusado de dos menores de 11 y 12 años en sus sesiones de terapia. El Tribunal Supremo confirma así la sentencia dictada en 2020 por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha que, además, desestimaba el recurso de casación que el condenado presentó, contra una resolución anterior de la Audiencia Provincial de Ciudad Real.
También se le condena a pagar una indemnización de 50.000 euros a cada una de las víctimas, por la secuelas causadas, como bajo rendimiento académico y estrés postraumático.
El psicólogo condenado, muy conocido como psicólogo infantil en Ciudad Real, poseía además un Máster en Terapia de Conducta y una Diplomatura en Psicología Militar y colaboraba habitualmente con medios de comunicación locales, para hablar de acoso escolar y solía ofrecer conferencias. También había realizado estudios de Hipnosis Clínica y Musicoterapia y era miembro de la Asociación Española de Hipnosis y de la Asociación Española de Psicología Conductual.
El psicólogo condenado aprovechaba sus sesiones para hipnotizar a sus víctimas
El Tribunal ha confirmado que éste psicólogo aprovechaba las sesiones de terapia que tenía con menores de edad, en concreto con dos niñas que estaban siendo tratadas entre mayo y julio de 2016 por un trastorno de déficit de atención, para realizar con ellas «técnicas hipnóticas«, tal y como se desprende de una sentencia fechada el pasado 19 de enero.
Según María Jesús Alarcón, presidenta de la Audiencia Provincial, ha declarado que las sesiones se realizaban siempre de la misma forma, comenzando con una entrevista conjunta de la madre y la hija, para después quedarse solas con la menor en la consulta. Era en ese momento cuando usaba con la niña una terapia hipnótica, sin informar a la madre y la tumbaba en la camilla, para besarla y tocarla en sus pechos y genitales.
También se ha confirmado la prohibición de que el psicólogo condenado se aproxime a menos de quinientos metros y a comunicarse, con sus víctimas durante 18 años en el caso de una de ellas y durante once años y medio en el de la otra, así como que se le imponga una libertad vigilada de 15 años cuando salga de la cárcel. De Igual forma se le prohíbe ejercer la profesión de psicólogo o cualquier otra que conlleve contacto regular con menores, durante años.
Mar Morais