La triste historia que hay detrás de estos décimos premiados en Navidad la encontramos sin ir muy lejos de León. Un quinto premio ha sonreído este año a una Gijonesa que venía de enterrar a su marido cuando compró la lotería.
Esta triste historia es la mejor despedida para su marido
Ludivina prefería que no le hubiese tocado la lotería y que su marido aún estuviera con ella. Pero la casualidad ha querido que el quinto premio se quedara en su casa. Además compró ocho décimos del número 86.986 por la terminación, puesto que son los años a los que falleció su marido.
Y es que todos los años el sorteo de la lotería nos trae historias de diversa índole. Algunas felices nos hablan de personas que invirtieron sus últimos 20€ en un décimo, y la suerte les sonrió. En otras ocasiones los déminos premiados terminan en la lavadora y se vuelven irrecuperables para sus propietarios.
Y esta vez, en Gijón, esta historia de la vida ha marcado a Ludivina y a sus familiares con este premio. Compró estos ocho décimos del quinto premio en la administración número 23 de la calle General Suárez Valdés cuando venía del funeral de su esposo.
La suerte de Ludivina ha llegado a Zamora
El caso es que esta Gijonesa compró 8 décimos que repartió entre toda su familia, y ella tan solo se quedó con medio. Es decir, con 3.000€ de los 6.000€ que corresponden por cada décimo premiado.
Ella no se había enterado, hasta que un familiar la llamó para darle la noticia, que no podía ni creer. De los décimos premiados, algunos llegaron a Zamora, puesto que una parte de la familia de Ludivina vive allí.
Así pues, aunque el número parecía bastante feo, porque era capicúa, le ha dejado un sabor agridulce, y un homenaje a su esposo, recientemente fallecido.