Desde el pasado 2 de mayo la cadena privada Telecinco ya no cotiza en España. El grupo al que pertenece la popular cadena, Mediaset, abandonó el escenario económico español la pasada semana. Un paso más en la absorción de la filial española por su matriz Media for Europe (MFE) gobernada por la familia Berlusconi. Ahora el domicilio fiscal del grupo televisivo está en Países Bajos.
Llama poderosamente la atención que el Gobierno de España haya pasado por alto este asunto y no haya realizado ningún tipo de comentario al respecto. Muy distinto a lo que ocurrió cuando Ferrovial decidió abandonar España y cambiar su sede fiscal.
El adiós de Telecinco
A pesar de que actualmente Telecinco es propiedad de Berlusconi comenzó siendo una empresa española que nació por una autorización administrativa realizada por el socialista Felipe González. Los inversores iniciales fueron el propio Berlusconi con un 25%, Once con otro 25% y el Grupo Anaya con otro 25%, el empresario turístico Ángel Medrano poseía el 15% y el 10% restante estaba en manos de Chocolates Trapa. Así echó andar en 1989. En 1996 salió Once y entró el grupo Correo. En 2004 la compañía entró a Bolsa. En 2009 el grupo Correo (Vocento) salió y entro Prisa. Después de que en 2015 Prisa abandonará Grupo el emporio de Berlusconi fue tomando poder hasta lograr el 83% de las acciones en marzo de 2022.
A pesar de que las cifras de beneficio de la compañía van bajando en 2022 facturó 865 millones de euros y ganó 211. Pero el gran problema del grupo es el liderazgo y el posicionamiento por lo que está en una reconversión total y está suprimiendo contenido mítico de la cadena estrella, como es Sálvame.